sábado, 30 de enero de 2016

25-11-02

     Lunes negro en blanco, pues la hidra de las correcciones aún tiene acogotado al desgraciado Clonista. Desde el martes, recién despachada la realidad más reciente, volver al ayer, este hoy del epígrafe, es como volver al neolítico. Dura poco la realidad, y no es un continuo, ¡afortunadamente! También hay grietas en lo real por las que perderse, a veces durante días enteros. Clonista estuvo tentado ayer, en lo que hubiera sido un esferzo descomunal y aniquilador, de levantar el acta de lo real prensado desde la memoria. ¡Qué sucintita le hubiera salido la clónica! Ahora lamenta, a la buena hora de las mangas verdes, no habérselo impuesto como condición sine qua non. Los austríacos se han desencantado del Haidtler que anunciaba la gran limpieza étnica y la vuelta a los “verdaderos” valores austríacos, tras haberlo llevado al poder y haberse convertido en un discreto e inercial funcionario del orden establecido, con más ganas de crisear que de crear, de intrigar que de introducir auténticas reformas. Ahora que saben que no volverá el Reich y que han de readaptarse a lo de siempre, la democracia vulgar, permisiva, multiétnica y multicultural, tan soez, ¿para qué quieren en el poder a un histrión señorito? Cada día que pasa, lo que fue una protesta juvenil integroislamista contra el concurso de misses se ha convertido casi en una guerra de religión. Los muertos y los desplazados se cuentan ya por centenas y por miles respectivamente, sin que el conflicto tenga visos de acabarse enseguida. El concurso, así pues, suena cada vez más a pretexto para resolver disputas que poco o nada tienen que ver con la estupidez del concurso de estilizado ganado femenino. En Ecuador, como antes en Brasil, se abre una puerta a la esperanza. Veremos cómo acaba, si entornada, abierta de par en par, cerrada, arrancada de sus goznes o destrozada por botas militares. El consejo de Felipe González a Lula vale también para Lucio Gutiérrez: hay que crear la riqueza para después repartirla. De que la gestión, o mejor dicho, la inhibición del goppierno ha contribuido lo suyo a que el desastre ecológico en las costas gallegas haya sido mayor, nadie puede dudar. Pero la realidad es así: una lucha permanente por la conquista de la “versión definitiva” –un título novelesco, por cierto, que casi está por inducir a Clonista a hacer una parada y tomar notas de la pertinente narración que late bajo esas palabras, tan provocadoras, narrativamente hablando- entre el poder establecido, el poder por establecerse y los poderes mediáticos, cada uno hijo de sus accionistas. Quienes sostienen los tres poderes –o a quienes machacan los tres, según se mire- contemplan –no siempre a través de un cristal coloreado, pero sí siempre un punto distantes y descreídos-   ese juego de verdades y mentiras con no poco hastío. De todos modos, la incompetencia del goppierno, su demagogia y su mendacidad siempre son capaces de sorprender al más escéptico de los observadores. ¡Bonita cebolla es cualquier hecho de la realidad! El teniente acusado de violador, Iván “el terrible” Moriano –en el argot deportivo-, acumula otra denuncia por abuso sexual al intentar quitarle el bañador a otra soldado, aunque se ignora si también para hacerle la prueba del frío, pues no se dice a qué temperatura estaba el agua en que ordenó nadar a la soldado –la temperatura del teniente es fácil suponerla-. Lo cierto es que se abrió una investigación interna que concluyó en nada, en que era una nadería. Como la cominería de revelar que el dueño de la finca donde se casó la tercera infanta pertenece a un paniaguado del goppierno. ¿Pero no quedó en nada que un mando militar de alta graduación usara a la tropa como personal de servicio para celebrar otra boda, o un acontecimiento familiar, que la memoria de Clonista es tan frágil como sólida la desvergüenza de quienes se escandalizan de que escandalicen sus acciones, allá en Galicia? Mejor se va Clonista a anécdotas de menor “garra” informativa, aunque con más dientes. Un murciélago muerde a un conservador y le transmite la rabia, lo que lo convierte en el primer caso en cien años en el Reino Unido. Triste notoriedad ciertamente, y más si se sabe, desde la realidad de mañana martes, ya padecida, que el desgraciado ha fallecido sin que en los tiempos de la identificación del genoma humano se haya podido hacer nada por salvarle la vida. Clonista siente debilidad, es evidente, por la vida pública del buen vasallo que es Marià  Nicolàs, síndico  mayor, desde que se conoció su abnegadísimo espíritu de servicio al cortijero, también mayor, del virreinato, el oasis, el rinconación o el país temático, tan lleno de atracciones de vértigo como, por ejemplo, si el Folclósrum le ganará la carrera al reloj. Que ahora se sepa que fue contable de Banca Catalana y que fue promocionado a su actual puesto de paralizador y obstaculizador mayor de las cuentas públicas por otros empleados del mismo banco acaba de redondear el retrato –bien plano y soso, todo sea dicho, como el de la mayoría de los lacayos públicos- de personaje tan sumiso como irrelevante. De cuento moralista es el destino de la casa-taller de Lloyd Wright, a la que la naturaleza lleva camino de reducir a escombros e integrarla, deshecha, en el ciclo vital. Sería algo así como un nuevo concepto: la arquitectura ecológica sometida al ciclo vital. Frente a la naturaleza, sin embargo, la realidad del beneficio empresarial casi lo puede todo. ¿Cómo ha de entenderse un anuncio como el de que el goppierno asegure a las eléctricas el cobro de 1.558 millones de euros durante los próximos ocho años? ¿Como el último regalo antes de que los electores les den el votecito en el culo y los desmoncloaicen? Lo que Clonista espera es que los compromisos del goppierno pueda romperlos otro distinto, tal y como el goppierno hizo con los compromisos del PSOE con los aumentos salariales del funcionariado. Espera y confía. ¿Con fiasco, quizás? Tiempo al tiempo.

jueves, 28 de enero de 2016

24-11-02

     Y aquí está la segunda parte de la primera parte contratante. Después de una tiradita de 17 km bajo un aguacero de realismo mágico para estirar las neuronas fatigadas y desentumecer los músculos ensillados, Clonista enhebra la aguja de su escaso ingenio para despachar con faena de aliño el séptimo de la semana, donde se materializa la caza toledana del bávaro galaico mientras en sus playas se expandía la marea negra, ¡perdón!, las “manchas localizadas”, en versión  rajoyoficial. El suicidio del preso de ETA liberado por la juez Alonso añade un brochazo dramático a la polémica suscitada en su día. ¡Ni se sabe qué presiones, interiores y exteriores, habrá sufrido el asesino que rizó el rizo, asesinándose a sí mismo!  En la portada parecen concentrarse las escasas noticias que se recogen en la edición dominical. 1.500 personas, más o menos, son, en buena parte, responsables del gran desaguisado económico de Argentina al haber sacado del país unos 3.000 millones de dólares antes de que se levantaran las verjas rematadas en punta de flecha del corralito para el común de los mortales, los de segunda clase, los pringaos, los muertos-de-hambre, que ahora lo son de verdad. Los vip-erinos en cuestión son empresarios y “personajes influyentes”, que no deja de ser una clasificación sociológica, ésta última, la mar de variopinta. El remate de la portada es el conocimiento de que el ministerio de Trillo abrió un expediente a la soldado que denuncia haber sido violada. ¿Razones? La soldado tiene “pérdida de aptitudes psicofísicas”, lo cual, traducido al coloquialismo militaroide de los subordinados del “manda huevos”, significa algo así como “está loca la tía ésta, no te jode”, y Clonista, que al fin y al cabo es hijo de militar, conoce el paño, quede constancia de ello. Por otro lado, cada vez que se conoce un dato nuevo sobre los procedimientos de la ¿justicia? militar, se le entran a Clonista en el cuerpo todos los escalofríos totalitarios del mundo: “el procedimiento militar impide que quien denuncia a un superior sea representado por un abogado, aunque sí lo tenga el acusado.” ¿Es o no es un estado de excepción esa burla de justicia? Anda que no queda aún tarea democratizadora por realizar en este país. Ahora sale Bush con que Sadam es como Ceausescu –Ceaucescu el 16 del presente mes, por cierto-, sin reparar en que su entusiasta aliado Berlusconi –islamófobo y arabófobo de pro- también fue comparado con aquella joya dictatorial.  Oculta entre noticias previsibles y más visibles, aparece la recuperación del revólver que le robaron a Julio Anguita. ¡Anguita armado con revólver! ¡El califa convertido en vulgar pistolero! Una pistola Astra, calibre 38, fue la que le sustrajeron mientras paseaba por el casco antiguo de Córdoba, en verano. ¿Tan violenta y al margen de la ley dejó la noche cordobesa después de su paso por la alcaldía, que no se atreve a salir de noche sin la buena compañía de su Astra? Lástima de vena sainetesca que Clonista no ha tenido nunca tiempo de cultivar...No le ha sentado bien a los lectores de a pie, quienes tienen su momento de gloria mediática en la publicación de su carta al Director, la decisión de convertir en edición de pago la edición digital de El País y en servicio de pago la consulta de la hemeroteca. Eso sí, no darán su brazo a torcer, ni reconocerán que se han equivocado y que les han hecho un flaco favor a sus lectores más fieles –que no fidelizados, que conste-. Después de todo, el capital no atiende a razones, sino a inversiones y a beneficios, a muchos beneficios, aunque sea a través de maleficios. Un partido de fútbol Barça-Madrid suponía uno de los momentos culminantes del año liguero. Clonista, que vive muy de lejos la realidad deportiva, ignora si aún lo sigue siendo, pero el hecho de que no se haya retransmitido “en abierto”, sino en canal de pago, debe haber contribuido lo suyo a atenuar esa trascendencia. Por otro lado, el fenómeno de los canales de pago ha vuelto a congregar a los parroquianos en los bares para seguir partidos que no están al alcance de su bolsillo, como en aquellos primeros tiempos de la implantación de la televisión en España y la creación de los teleclubes patrocinados por Prensa y Propaganda del Movimiento. Ya es curioso que haya tantas similitudes entre el pasado inmediato y el presente caudillitesco. ¡Qué realidad tan revolucionaria, por capitalista stricto sensu, la de los microcréditos inventados por Muhammad Yunus en Bangladesh! Eso sí que es un ataque directo a la partitocracia y al sistema democrático, al que se considera casi como un mal menor que el capitalismo ha de soportar. Al otro lado, como contraste, 40.000 agricultores exigen la restitución del PER estatal de su supervivencia. Así se dibujan los claroscuros de lo real.

miércoles, 27 de enero de 2016

23-11-02

     Ya no estaba acostumbrado Clonista a las dos sesiones teatrales de su representación, pero la tortura sisifal de las correcciones laborales en la temporada alta de finales de evaluación a ello lo abocan. Helo aquí, pues, recordando el pasado lejanísimo del día de hoy en un mañana en el que aún ni tiempo ha tenido de abrir la realidad prensada. En el estado de agotamiento mental y nervioso que le dejan esas correcciones, ¿por qué realidad puede acabar interesándose? Ascienden ya a 105 las muertes provocadas por la rebelión islamista de unos jóvenes que, según la noticia, atacaban a “cualquiera que les parecía cristiano”. ¡Que les “parecía” cristiano, virgen santa! ¿Cómo se lleva el cristianismo, el islamismo o el budismo pintado en el rostro? La fe lleva a unas sutilezas de discernimiento que mete espanto cuando se aplican como ahora en Nigeria. O como lo pretende en Ecuador el empresario bananero Álvaro Noboa, a quien, según sus propias palabras, “Dios le premió con una inmensa fortuna”, si logra derrotar en las urnas al ex coronel Lucio Gutiérrez, favorito en las encuestas. Hay elecciones que son una auténtica pedrea. Para naufragio, el de la verdad en manos del goppierno a la hora de afrontar el alcance real del hundimiento del Prestige y su propia responsabilidad en el desarrollo casi incontrolado de los acontecimientos. Los gabinetes de crisis ¿no se forman en circunstancias así? Aquí, por el contrario, ha habido un pilateo en cadena que ha dejado empapadas las mil y una moquetas de los despachos oficiales. ¿Cómo hurtarse, en este trasiego de irresponsabilidades, a la noticia difundida radiofónicamente de que Fraga andaba de cacería, no suspendida, mientras el Prestige le dejaba un regalito envenenado en sus costas administradas, que no gobernadas? ¡Ay, el poder de la vieja sombra de aquellos urogallos de antaño!  ¿Realmente había de esperarse a que un informe del CAC (Consejo Audiovisual de Cataluña) dictaminara que las televisiones trataron el secuestro de L’Hospitalet con sensacionalismo? ¡Si hasta la realidad prensada se tiñó, a fuerza de magnificar una noticia que, así tratada, sólo habrá servido de inspiración para futuras intentonas! Freno y marcha atrás, es lo que acaba de hacer Rajoy al desmentir las intenciones peperas de convertir Cataluña en Baviera. Las vascongadas, Puerto Rico; Cataluña, Baviera... ¿Qué vendrá después? No se puede negar, con todo, que la capacidad de distracción y de banalización de la política nunca alcanzan su techo, ciertamente. En estos tiempos de pesebrismo y acriticismo de conveniencias, es reconfortadora una actitud como la del antiguo obispo Jaume Camprodon, que le ha rechazado a Pujol la Creu de Sant Jordi después de haber mantenido en el pasado un enfrentamiento ideológico con él. ¡Qué goyesca y solanesca la pintura de Juan Barjola! Tanto que su afirmación: “soy hijo de la España profunda” constituye una redundancia en un titular que tiene sus telas como ilustración gráfica. Hay medidas políticas que van más allá de las habituales burlas y desprecios a los votantes, como, en este caso, el levantamiento del “corralito” en Argentina cuando el nuevo peso se ha depreciado en un 350% respecto del dólar, tras perderse la paridad que ha acabado alimentado un desastre económico sin precedentes en el sur del continente. Y la vida sigue. Y la clónica también.

martes, 26 de enero de 2016

22-11-02

     Camino del final de noviembre, cuando la publicidad adelanta la estúpida necesidad de los futuros desembolsos que comprarán la felicidad, Clonista se mete en la tormentosa época de las correcciones laborales y la realidad se desvanece, oscurecida por la montaña atroz de ejercicios que se la oculta. Con  todo, y durante un examen sobre El Lazarillo, ha podido abrir la realidad prensada y advertir el cisco que se ha armado entre los expertos y los irresponsables políticos a cuenta de la divergencia entre las estimaciones de los primeros y las mentiras de los segundos. Al otro lado de la página, y enmarcando la prepotencia usamericana, tres breves de relieve se personalizan en sus responsables: GarZón, Pujol y Rajoy. Noticias, en definitiva, de nombres propios que forman parte de ese difuso pero extendido culto a la personalidad que tanto denuestan los historiadores y que, sin embargo, tanto acaba explicando de la mediocridad de lo real. GarZón se lanza a lo que no se sabe si acabará siendo una garZonada más de las muchas de su dilatada carrera: imputar a 20 miembros de B su pertenencia a ETA. Pujol continúa su acoso y derribo contra el presidente de La Caixa. Y Rajoy propone que PP y CiU se unan en Cataluña y se conviertan en la “Baviera” española. Lo que calla es que ya tendrían dos Bavieras, si se cuenta la Baviera gallega. Allí tienen, eso sí, un legítimo Strauss; aquí tendrían un sucedáneo. Después de un nuevo atentado suicida más, con varios niños entre las víctimas, ¿alguien aún está convencido en Israel de que la mano dura o el genocidio militar servirán para detener esa barbarie terrorista? Ni convirtiendo Israel en un estado policial o Palestina en un inmenso campo de concentración se podrían evitar esos ataques suicidas fanáticos. Y aun así, ¿por qué es de cajón que el candidato más perjudicado es el laborista?  El voto es un acto libre, cuando lo es, pero en ningún caso puede considerarse, sino con un exceso de ingenuidad y buena fe, que sea un acto racional. Eso lo deben saber bien los argentinos, que, contra toda lógica, han elegido ladrones, como Julio Miranda, gobernador peronista de Tucumán, que han permitido que la hambruna se cebe en los más débiles. Pero ahí están, dispuestos a volvérselos a regalar, los votos, a políticos sinvergüenzas como Menem, que anda maquinando cómo volver a ser elegido para seguir rapiñando. La realidad prensada se condensa a veces como un Aleph en el que a Clonista le saltan a los ojos los zarpazos enajenados de las bestias humanas: los fanáticos islamistas nigerianos se han alzado en armas blancas y bidones de gasolina contra la celebración  del concurso de Miss Mundo en su país. Hasta el presente llevan ya 50 asesinatos, acuchillados e incinerados algunos de ellos. La exhibición de las mujeres ante el público en bañador es algo “ofensivo e inmoral”. Una afirmación, por cierto, que subscribirían más de tres feministas. Por otro lado, en Suráfrica, los presos han hallado un arma de tortura que logra elevar la crueldad humana a la altura de sus más deleznables niveles: el “pinchazo lento”. Consiste en asesinar a un recluso que no obedezca a las mafias internas mediante la violación llevada a cabo por un infectado por el virus del sida. La especie humana dispone, no obstante, de un recurso amortiguador del horror: el humor negro. Han detenido al asesino que organizó el atentado de Bali, y a los creadores de la realidad prensada no se les ocurre otra cosa que hablar de la detención del cerebro, presunto, claro, del atentado de Bali. Recuerda Clonista que se había propuesto salir un día de los cauces trillados de la realidad prensada para descubrir las otras realidades que también estaban en ella. No lo ha cumplido, pero tampoco importa, pues ya se encargan esas realidades de abrirse su camino hacia Clonista. Un anuncio, de página, de Cartier, con una figuración espacial, rompe ¿por primera vez? –Clonista estaría dispuesto a garantizar que sí, pero puede equivocarse, por supuesto- la sección de Opinión y se interpone entre los dos artículos de fondo del día, en cesión a la cartera de clientes preferentes, se supone. El discurso publicitario se abre paso e intenta dominar la realidad prensada casi como domina el suplemento Tentaciones, diseñado para unos lectores jóvenes cuyo sentido de las fronteras entre los discursos es tan laxo como colorista su suplemento. La catástrofe del Prestige está sirviendo para poner de relieve la opacidad de las empresas que se dedican al trabajo sucio del transporte del crudo, a juzgar por la tupida red de sociedades interpuestas a través de las cuales se hacen esos negocios. Que ahora se sepa que los dueños del Prestige son los mismos del Mar Egeo, naufragado también frente a La Coruña añade una nota de macabra ironía al desastre actual. Trillo y su caudillito paseaban entusiasmados su ardor guerrero en la reunión de la OTAN, ofreciéndose para todo, pero el prototipo de caza de combate español acaba de estrellarse tras haber sufrido una parada de sus dos motores en pleno vuelo, al parecer por un error informático. Verdú sostiene que la televisión es irreformable, porque, más allá de la manipulación de lo real, ella misma ha acabado convirtiéndose en lo real, de manera que, como dice, no sin gracia, “reclamar que cambie la televisión es prácticamente lo mismo que presentar una protesta contra el clima o la orografía”, forma parte de nosotros mismos. Nota lexicográfica: el “top manta” del que se habla en un reportaje sobre el fraude en el mercado discográfico español es una expresión que Clonista oyó a Ramoncín en un programa radiofónico de Fernando G. Delgado, donde fue muy celebrada. Ignora, obviamente, si la paternidad es del Rey del Pollo Frito o bien se limitó a dar publicidad a una invención ajena, pero ahí queda el dato. Una noticia habla de una realidad de cine negro: un marido, devorado por los celos, convenció a su mujer para que le ayudara a asesinar al amante de ésta una vez que rompió su relación adúltera y volvió con él. La concesión de cualquier premio es siempre polémica, como debe ser, pero el Premio Nacional de Teatro otorgado a José Luis López Vázquez no debería serlo. Clonista, que es un rendido admirador de quien posee una vis cómica equiparable a la de José Isbert o a la del mismísimo Groucho, siempre ha pensado que una inspirada película de “montaje” con secuencias de sus intervenciones en sus más de doscientas películas sería un éxito de taquilla absoluto. Javier Fesser, que dirigió esa rareza singular que fue El milagro de P. Tinto, una extravagancia cachondísima, ha acabado La gran aventura de Mortadelo y Filemón. La foto que ilustra la información, un prodigio de reparto –Clonista se resiste al casting-, preludia maravillas. Clonista lamenta no estar aquí cuando sea el momento de comentar el estreno, previsto para febrero de 2003. Esta brevísima reflexión introduce ya la nostalgia por lo perdido antes de acabar la aventura, que no de culminarla ni mucho menos de coronarla.
21-11-02

            Parecía una realidad que no acabaría de convertirse en catástrofe, según le quitaban hierro las autoridades, en un esfuerzo por tranquilizar a la población, sobre todo a la afectada. Al final, la peor de las medidas fue la tomada. A toro hundido siempre es fácil apuntarse al carro del “se debería haber hecho” y cargar las tintas contra la incompetencia del goppierno, pero el caso es que ha habido negligencia, ignorancia y hasta cierta dejadez. De repente las autoridades nacionales y autonómicas desaparecieron, como si no fuera con ellos la catástrofe que ha acabado azotando las costas pesqueras de las Rías.  Se gobierna desde la improvisación, como corresponde al país, a su muy arraigada idiosincrasia, y será difícil que la previsión se acabe convirtiendo en un valor en el solar patrio. Aquí se valora, sobre todo, el golpe de genio, el arrebato, la salida “en última instancia”, el salvarse “por los pelos” ralos de la ocasión cazada al vuelo. El hambre en Argentina, quizás porque es un hambre que se queja en español, está conmoviendo profundamente a los creadores de la realidad prensada. Tanto que incluso corren el riesgo de pasar del negro al amarillo en cuestión de días y titulares como el que abre la edición realprensada de hoy: Un cajoncito para enterrar a Rodolfo Ruiz. Por esa pendiente puede que les abandonen más lectores que por el mercadeo implacable de la edición digital y la hemeroteca. Los mandamases de la OTAN se reúnen para oficializar su dependencia usamericana y el goppierno se moja, declarándose dispuesto a que España participe con tropas en el ataque contra Irak, como un nuevo rico del belicismo que no quiere quedar mal con sus pares. Imposible resumir, ni sucintamente, el extensísimo artículo, fragmento a su vez de otro texto suyo, de Régis Debray, ex guerrillero, sobre la escuela y el hecho religioso. Si alguna idea destaca sobre todas es que el laicismo no puede dejar de lado la exposición y la crítica del hecho religioso como parte, y parte importante, de la realidad, un ámbito que, como dice Debray, sin serlo “todo, está en casi todas partes”, de ahí el ataque académico pluridisciplinar que requiere. El laicismo mal entendido, cree Clonista, no puede dejar huérfanos de conocimientos sobre las religiones a los alumnos a quienes se educa, pues sería impedir que adquirieran una comprensión cabal de un fenómeno, la religión, capital en el desarrollo de la civilización occidental, y de otras muchas. Ayer fue día 20, aniversario de la muerte del caudillazo, día ¿escogido malévolamente por la oposición? para plantear una votación en el Congreso sobre una resolución en la que se condenaba el golpe militar del 36 contra la legalidad republicana y en la que se proponía ayudar a los exiliados y financiar la reapertura de las fosas comunes donde fueron enterrados los republicanos asesinados. A Clonista sólo se le ocurre, en un ejercicio de insólita malevolencia, que muy mal les deben de salir las encuestas privadas, al goppierno y al partido, para que se avengan a un reconocimiento semejante y en fecha tan señalada después de haberse negado a ello durante tanto tiempo y haberse tomado a chacota la reapertura de las fosas comunes en alguna ocasión. Claro que, para no desviarse de su viaje al pasado, les da por prohibir el ejercicio del derecho de manifestación de quienes se oponen a la Ley de Calidad de la Enseñanza, una decisión que sigue afianzando en la sociedad española esa cutre y anacrónica resurrección del caudillismo en la que se han empeñado con unos bríos y unos modales cuarteleros que ya ya. Cada nueva información sobre el “caso Quiñoa” revela lo inmensa que fue la chapuza justiciera militar, y el verdadero alcance del comportamiento del teniente en entredicho. Lo preceptivo sería preguntarse por qué ha de haber una justicia militar que hurte a los miembros de los ejércitos de la acción de la justicia ordinaria en primera instancia. La curiosidad del clonista le pierde, y a veces le gana. En esta ocasión, un artículo de Narcís Comadira –no precisamente santo de la devoción de Clonista, pero a quien éste le reconoce su felicísima seguridad y belleza expresiva-, Carn i fullaraca, sobre la exposición del sobrino de Freud, le remite a Clonista a los más próximos aledaños del tema de su clónica: Sí, per això la gent va a veure Lucian Freud, perquè li recorda que la carn, en últim terme, malgrat les liposuccions i les cremes de placenta, les gimnàstiques i les cirurgies estètiques, no és altra cosa que fullaraca. De tant en tant, volem que ens diguin la veritat. La verdad disfrazada, como es obvio para quien haya contemplado los cuadros de Freud, pero la verdad, al fin y al cabo. 

lunes, 25 de enero de 2016

20-11-02

     Creía Clonista que se le haría eterno el último tramo de su aventura, pero las obligaciones acortan los días más que las series de 400 metros la respiración de un fondista fondón. Así pues, sin apenas un mínimo descanso reparador en la apretada jornada de un padre en apuros, Clonista despliega la realidad prensada ante sus ojos para levantar esta acta caótica y parcialmente especular, o pasada por delante de los espejos del callejón del Gato, y observa, en primer lugar, la instantánea del hundimiento del Prestige, con su carga, camino de solidificarse en una enorme piedra negra, según algunas teorías, camino de continuar causando un desastre ecológico de primera magnitud, según otras. A su lado, otro hundimiento, físico y moral, reflejado en la deletérea estadística argentina de los niños muertos por inanición en un país donde no faltan los alimentos pero donde la economía dicta la ley salvaje de que quien no los pueda pagar ha de perecer. Y así sucede. Con el consentimiento culpable de la poca clase política que queda aún en pie en aquel país esquilmado y torturado. ¡Como si las sucesivas dictaduras militares no hubieran sido suficiente castigo! Por eso resulta insultante que la corresponsal se limite, resignadamente, a decir, en su crónica, que “a la escasez de camas hay que añadir la falta de acceso a medicinas, las más caras de toda América Latina”. Perdónese el uso gálico de América Latina, pero es imperdonable que no se señale de quién o quiénes es la responsabilidad de esos precios. Por otro lado, un funcionario resabiado y endurecido, de la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional), convierte las imágenes de la inanición infantil en una simple maniobra política. ¿Para atraer más fondos que esquilmar, acaso? Probablemente. Más abajo, ¡qué minúscula se ve, también moralmente, la torpe y necia manipulación del CIS, una ayuda con vistas al futuro de su parlamentario socio indeseable! Peores ridículos han hecho las encuestas electorales, no obstante. Al fin y al cabo, parece haberse consolidado la mentira gratuita, inocente e irresponsable como la actitud más extendida ante las encuestas. A su modo, es la oportunidad creativa del ciudadano: le toca hacer realidad y la hace como mejor le parezca en ese momento. ¡Qué pocas son las oportunidades de hacer realidad que se tienen en la vida! La sensación dominante es la de que la realidad nos conforma, nos modela, nos doblega y nos aniquila. La realidad, como la vida, es así. Y ahí, en tan  modesto como sintético adverbio, cabe un buen pliego de descargo para justificar nuestros actos creativos. Acto y creativo lo ha sido el de la elección del alcalde de Haifa como candidato laborista en las próximas elecciones generales. Con un discurso pacifista, pero no ingenuo, Amram Mitzna, que también ha sido general, como tantos otros políticos israelíes, promete respetar los acuerdos de Oslo y de Madrid, y evitar la colonización de los territorios palestinos. De izquierdista e infantil le tachan sus correligionarios más de derechas, quienes se consideran en posesión de la auténtica visión e interpretación de la realidad. Porque cada vez que un discurso opone lo deseable a la resignación, enseguida se considera que es cosa de niños. Por cierto, qué poco relieve se le otorga en los media de occidente a ese trasiego permanente de generales del ejército a la política. Bastante más clara está la realidad de los favores que devuelve Bush a las empresas que le auparon: el vasallo rinde pleitesía a sus señores. Porque si hay señores de la guerra en los países tribales, también hay señores del poder en los meltingpot que, sin embargo, no se someten al veredicto de las urnas. Otra vez desde la base han tenido que oírse las voces discrepantes y certeras. Tres cartas, que quizá sean representativas del 90% de los lectores “habituales”, lo dejan bien claro: comerciar con la edición digital es un abuso: “sospecho que todo esto se hace para obtener más beneficios”, que son palabras de Manuel González casi calcadas de las propias de Clonista días atrás. La realidad jurídica es una parcela de lo real harto curiosa y sorprendente. El juez que ha liberado a Luis Roldán lo ha hecho porque, a su juicio, la alarma social “se ha mitigado.” ¿Explicarán los jueces alguna vez los criterios por los cuales miden ellos ese mitigamiento? ¿O es una cuestión de ese “tiempo que todo lo cura”? En este país hay jueces que buscarían y reclamarían a Hitler, de estar vivo, hasta debajo de las piedras; y otros que lo pondrían en libertad a los cinco años, por considerarlo rehabilitado, después de haber observado buena conducta y por considerar caducada su potencial amenaza contra la sociedad. El empresario modelo pujolista, Javier de la Rosa, patrono a su vez del reverenciante Piqué, es enviado 20 meses a la cárcel. ¡Pero no estaba en ella, como Roldán! Clonista, susceptible a la fuerza de las imágenes, pensaba que aún seguía devorando aquel bocadillo que con tanto ímpetu pancesco atacaba. ¿España país de contrastes? O de claroscuros. Y de pícaros, por supuesto. La presión de las exigencias modales ha arrastrado al talego a los médicos embarcados en el fraude de las pastillas adelgazantes, un lucrativo negocio de 600.000 euros en medio año, fabricadas con ingredientes poco recomendables y efectos secundarios potencialmente devastadores. Aquí en vez de potenciar la investigación endocrina, se monta el chiringuito de los productos milagro. Son maneras de acercarse a lo real, desde luego. ¿Y eran o no eran respetables todos esos avariciosos señores profesionales liberales? Pues casi tanto como el síndico mayor, el buen lacayo Marià que la calla, a quien ya persigue hasta el PP, que se ha unido al resto del Parlamento para no sentirse salpicado por el escándalo. En  otras ocasiones, sin embargo, el resto del Parlamento que se opone al PP, efectuado el tajo divisor nacional, ofrece espectáculos reales tan sugestivos como no ponerse de acuerdo, a la hora de votar, sobre lo que votan, en un ejercicio de irracionalidad prototípico de la profesión, y que tanto recuerda el desarrollo de una sesión claustral de un IES en el que aún no se hayan extinguido los viejos representantes de la razón política, por lo general, venerables antiguallas del 68 y alrededores.

domingo, 24 de enero de 2016

19-11-02

     Clonista propone y las realidades  disponen de él a su antojo, o casi. Es cierto que una reunión de padres en la escuela es de obligado cumplimiento, y no lo es menos que una tirada de 22 km de entrenamiento pasan su factura. Con todo, y aunque ayer fue noticia escuchada en la radio con antelación, la realidad prensada del día es el estado de alarma social permanente en que se vive o en que se nos hace vivir. La aventura criminomediática –o los archicitados quince minutos de gloria mediática a que se toca, por barba e imberbe, en la socialización de la fama- de un joven de 17 años malarmado, menos decidido y un mucho falto de luces –escolares y vitales- ha bastado para que toda una sociedad se alarme como si anduviera recorriendo las calles Jack el Destripador, recientemente identificado, para disgusto de mitómanos. Ese concepto de “alarma social”, tan usado por los jueces a la hora de tomar medidas cautelares, es en sí una burla descomedida. Clonista nunca se ha explicado que gente tan curtida en la hermenéutica de lo real como algunos fabricantes de realidades, prensadas y radiadas, se sorprendan, con la mayor de las ingenuidades, de que las preocupaciones sociales de los ciudadanos cambien de una estadística para otra; y se percatan de ello como si la influencia de sus medios no fuera determinante en la creación de esas prioridades sociales. ¿Qué fue de las vacas locas, por ejemplo? Y a fe que, en aquel entonces, se rozó la histeria colectiva. ¿Qué fue de la corrupción socialista, incluso ahora que el ingeniero Roldán ha obtenido el tercer grado? Pues eso. De más enjundia, para Clonista, es la acusación a Schröder de haber ocultado pésimos datos económicos antes de las elecciones. Aunque así fuera, ¿qué es el ejercicio del gobierno, sino el arte, también, de saber mantenerse en él? ¿Haría público cualquier responsable político unas cifras que invitan al electorado a votar al contrincante de uno? El cabreo monumental de la oposición cristianodemócrata se debe a la constatación de que el poder supremo no es el de disponer de las llaves del Presupuesto, sino de las de la información. Antes se decía que una persona sin información era una persona sin opinión. Hoy, cuestionada la información hasta límites inverosímiles, la opinión se multiplica hasta levantar realidades con fundamentos tan frágiles como oscuros. En el agresivo titular se venden las denuncias contra políticos argentinos que se han enriquecido a costa del hambre de sus compatriotas. En el cuerpo de la noticia se vuelven a describir, como días atrás, los impíos efectos del hambre en los más desfavorecidos. En Melilla, los perros de la Guardia Civil detectaron un alijo de hachís de 760 kilos en un camión militar que se dirigía a Almería. Que la vida militar es dura se sabía. Que necesitan colocarse para soportarla se sabe ahora. Que, una vez colocado, un teniente machimandón acabe en presunto violador es una sutil digresión jerárquica que no debe de andar muy lejos de la realidad. El teniente en cuestión ha sido repatriado desde Bosnia y le esperan tiempos judiciales duros que probablemente Clonista no llegará a comentar, al paso que la justicia, se supone que la civil, da salida a cuantos casos se plantean en sus tribunales. En Puebla de Sanabria –Clonista, ¡ay!, ganó la travesía de su hermoso lago cuando tenía 14 años- se alzan los molinos gigantescos de un parque eólico. ¿Por qué jamás le ha parecido a Clonista que esos monstruos felones estropeen el paisaje, se coloquen donde se coloquen? Los ecos cervantinos tendrán mucho que ver, supone. No eran infundadas las dudas sobre la escasa dignidad del Síndico de Cuentas, el buen Marià, fiel servidor de su amo, que ya le recompensará con creces los servicios prestados. O igual no, y el buen Marià se limita a poner la cara y sólo recibirá, después, el olvido desagradecido del cortijero: otro leve enigma que deja sembrado Clonista para futuros herederos de su aventura, si bien pocos habrá que sean capaces de atarse al potro de la tortura por la que está acabando de pasar este absurdo buscador de realidades. ¡Cuánta propaganda destilan los anuncios de los sucesos culturales! Resultan estomagantes. Menos mal que a Clonista le anima el final de la jornada el arrebato celoso y pueril de Fungairiño, el fiscal pinochetista, que se ha quedado sin poder ejercer la acusación, esto es, la exculpación, en el caso Botín-Amusátegui. Como la jueza ha optado por el fiscal de la Fiscalía Anticorrupción, que a Fungairiño le debe parecer un nido de socialistas viperinos, está el buen hombre que no vive, desasosegado con la idea de que a los pilares económicos de la sociedad se les pueda caer el pelo que ya no tienen.