sábado, 23 de enero de 2016

18-11-02

     Ya no estaba Clonista  habituado al “doblete”, pero ahí va, con esa suerte de energía desencantada que lo anima, a probar suerte en el proceloso mundo de las realidades, o de la realidad plural. Aunque después de una jornada laboral inacabable, como lo es la de los lunes, ya no tiene conciencia de que haya sido a las 6 de la mañana cuando escribió la clónica del día de ayer. La amenaza de la tragedia se ha consumado, a pesar de la incompetencia del Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, el inefable Cañete, quien restó importancia a la posibilidad de que ocurriera lo que ha acabado ocurriendo, para desesperación de cuantos acabarán los lunes al sol, y los martes y toda la semana, y muchas semanas. Los ecologistas acusan al goppierno de “desvirtuar la realidad”, lo que vale tanto como inventársela. No está muy lejos de esa desvirtuación la vuelta de la censura, manifestada en el rechazo a la publicación, en una revista institucional, de un sesudo artículo de Álvaro Marchesi, uno de los padres de la LOGSE, ley de infausta memoria entre los docentes. A su modo, el estalinismo del caudillito es pura redundancia. En esa vuelta a los orígenes, a sus orígenes, ¿qué se puede esperar aún?, ¿que vuelva, tal vez, la Ley de Prensa de Fraga? No, mejor es no dar ideas... Montalbán, por cierto, elogia la película de Aranoa y apunta algo consustancial al séptimo arte: “te crees todos los sistemas de señales que envían los intérpretes.” Sí, también el cine es una cuestión de fe, efectivamente. Clonista conoce algunos agnósticos de Los Lunesal sol, no obstante. Andreotti, el incombustible político italiano, ha sido condenado por instigador del asesinato de un periodista. Berlusconi enseguida ha arremetido contra los jueces –Andreotti era ‘víctima de una justicia enloquecida’- para justificar su casi ley de punto final a sí mismo, y a un cardenal de la curia romana la sentencia le ha parecido “increíble”. Israel, que ya no sabe qué más ocupar ni devastar para frenar la inseguridad constante que Sharon ha contribuido a extender por todo su país, invade Gaza con carros de combate y excavadoras. Al mismo tiempo, a los colonos lamentablemente asesinados en Hebrón se les rinden honores militares, lo que demuestra que los colonos son, en realidad, fuerzas de ocupación. ¿O no? Nada une tanto como el usufructo del poder. Y ahí está la derecha francesa, dispuesta a fundirse con el electorado en una alianza perpetua, mientras los vientos de la división arrasan la izquierda. No hace mucho era justo al revés, bien lo recuerda Clonista. “La rueda de la Fortuna nunca se pudo estar quieta”, reza el romance, y reza con razón. Un artículo sobre la cara oculta, y miserable, de El Dorado resuelve un enigma, el de por qué tantas subsaharianas llegan en avanzado estado de gestación en las pateras a España. Clonista pensaba, ingenuo de él, que era para poder asegurar la nacionalidad española de los recién nacidos y, de rebote, conseguir el permiso de residencia. El artículo denuncia que se debe a los abusos sexuales de los funcionarios argelinos, mauritanos y marroquíes, que se cobran en especie sexual la vista gorda sobre su situación irregular. ¡Qué férrea la cadena de la explotación! ¡Y siempre hay un miserable dispuesto a sacar partido de la desesperación de los demás! Más realidad estadística y polémica. El 45% de las criaturas entre 7 y 16 años ve escenas sangrientas en la televisión. Con ese fundamento, plantearse la influencia de la violencia televisiva sobre la real más parece una ingenuidad propia de Clonista que una aseveración de expertos, de entendidos. El mundo al revés es otra sentencia de las tantas que tan a menudo sorprenden a todo el mundo. En este caso, un hombre ha sido expulsado de su casa para que se aloje en ella la ex mujer de su hijo, después de que el padre los acogiera a todos en su vivienda de propiedad. De fuera vendrán..., se dice, y ya se ve, además, que por derecho, aunque del torcido y disparatado. ¿Buscan titulares los jueces, proyección mediática garZoniana? De nuevo Salvador López Arnal, un clásico de Cartas al Director, reaparece para denunciar, en esta ocasión, la invasión publicitaria de algunas estaciones de metro, y no sin razón, por supuesto. Y más razones hay, por otro lado, el de Alemania, para justificar ese impuesto sobre la venta de acciones. El reportaje de contraportada sobre el pastillero andante que respondía a las iniciales JFK son una muestra de la oscura realidad cuya visión se hurta a los contemporáneos, quienes viven en sombras tan densas como rigurosos son los filtros a través de los cuales les llega la realidad. De aquellos tiempos de la Guerra Fría a hoy han cambiado muchas cosas, pero aún se mantienen inercias secretistas que se suman a los descarados ejercicios de manipulación informativa.

jueves, 21 de enero de 2016

17-11-02

     Un domingo, ¿maldito domingo? Depende. ¿Se hicieron para descansar? Quizás. La relación de cada cual con los domingos es una buena parte de esas autobiografías. A lo largo de la vida han cambiado muchas veces esas relaciones. Es el caso de Clonista, y lo será el de cualquier hijo de vecino. Con hijos, desde luego, la necesidad, y la conveniencia, de convertirlos, los domingos, en día de salida es inexcusable. Desde una de las cimas del Montejuicioso (Montseny), y a pesar de la buena voluntad clonicadora del autor, no hubo manera de abrir siquiera la realidad prensada en aquel paraje natural donde, por otro lado, quizá hubiera tenido algo de profanación. Por eso se arrepiente, ¡a buenas horas mangas verdes!, Clonista de su “insensibilidad” respecto de la tragedia del fuel prestigioso. Ahora, consumada la amenaza, entiende que no es algo muy distinto de que ayer –son las 6 de la mañana del lunes, una práctica que se hizo cotidiana durante el mes de agosto, tan lleno de cine familiar, pero en la que no había recaído desde aquel mes- hubiera caminado por unas trochas pringosas de petróleo y, al alzar la vista hacia los alrededores, hubiera contemplado bosques de pino negros, como si hubiéramos ido a contemplar las ruinas de un incendio devastador. Por otro lado, sin embargo, Clonista lamentaba la escasa sensibilidad de El País para no llevar a Primera Plana la acusación de la soldado Dolores Quiñoa de haber sido violada por el teniente que la sometió a la infamante “prueba del frío”, un rancio espíritu de novatada cuya única novedad fue el abuso fascista de autoridad, de probarse ciertas las palabras de la soldado, cuyo relato no debe andar muy lejos de la verdad, intuye Clonista. Lo peor es la interiorización del concepto de “orden” y el terror al castigo, arbitrario o justificado, que inocula en quienes se alistan ¿conociendo esa realidad? Sorprende de esa nueva realidad que la soldado se haya convertido en portavoz de “muchos otros casos”, según ha expresado con un deje de heroico hastío e insólita rebeldía. Si se sale del armario, no sin riesgo, y más cuando es inexistente la notoriedad pública de quien toma la decisión, la soldado Dolores Quiñoa ha decidido salir del infierno de la hombruna cadena de mando. En la República Dominicana, los mandamases iberoamericanos se dan un cumbrazo para el cuerpo, tan inútil como ni siquiera propagandístico, aunque a cargo del presupuesto patrio. Sábato, conciencia viva del horror argentino, lo clava: “Robaron más de lo que el país producía”, dice de su país, pero bien lo puede decir de casi la totalidad del sur del continente. En la madre patria, entre cuya nefasta herencia también se halla esa inclinación al latrocinio institucional, se roba de otro modo: mediante privatizaciones y políticas de favor cuasi nepotistas. Desde la base de la sociedad, donde está ese 70% de ciudadanos, como Clonista, a los que les cuesta llegar a fin de mes, por tantas razones cuya exposición detallada bien podría ocupar todos los días de la clónica aún por venir, Francisco Javier Trigo eleva una voz discordante, para no dejar solo a Clonista, que se lo agradece desde el mutuo desconocimiento personal e idéntica sensibilidad social, en el coro de últimas alabanzas vicarias. Deportistas de élite insolidarios titula –o le han titulado- su carta al Director. Pues eso.  La perspectiva pija –que es definición de fácil comprensión para muchos- desde la que se abordan determinadas noticias, le recuerda a Clonista el público “selecto” al que se dirige EP semanal, y cuando Clonista dice selecto, dice con capacidad económica de selección, obviamente. De ahí que le parezca una barbaridad miserable y desconsiderada el que elpaís.es se haya convertido en mercancía por la que se ha de pagar no pocos dineros, en una economía básica. Que se venda el acceso a la hemeroteca, la posibilidad de acceso a la memoria histórica -¿o no están orgullosos de ser buena parte de la memoria histórica desde el mismísimo día de su nacimiento?- le parece a Clonista una ofensa capitalista imperdonable. Por supuesto que lo suyo es un negocio, pero la medida le parece a Clonista una mezquindad, y un emblema de la avaricia comercial. El precio en sí mismo, de la consulta de cada ejemplar atrasado, sin siquiera la posibilidad de tenerlo en papel para recortar y archivar, por ejemplo –aun a pesar de lo molesto del sistema-, ¿qué es, sino esa típica avaricia de quien no renuncia a un beneficio minúsculo –en una empresa multinacional- para redondear con miseria la cuenta de beneficios? A su manera, ¿qué poco dista esa actitud de la de la dirección del hotel que despidió a cinco maleteros porque se quedaban con las propinas que les daban por su esforzada labor, en vez de ingresarlas en la cuenta de la empresa? ¿Y luego dicen que el rapiñismo caudillista no ha calado? Igual quien tomó la felicísima medida de rentabilizar la edición digital es quien ha tildado a Boyer, noticioso patrón de la FAES azanariega, de ideólogo. Dios los cría, entonces, y... Menos mal que el ejemplo de Porto Alegre sigue dando alegrías, como la del cercano municipio de Rubí, donde se han sumado a la moda de los presupuestos participativos. ¿Se atreverá el hermético alcalde de Barcelona a embarcarse en una democratización de la ciudad de ese calibre o su presupuesto es demasiado sustancioso como para dejarlo en manos del pueblo, por más que suscite controversia el modo de representación de ese pueblo ante el Ayuntamiento? De la realidad deberían suprimirse algunas palabras durante un cierto tiempo. Cambiaría mucho el panorama, sin duda. Imagínese, por ejemplo, que tal cosa sucede con identidad, ¿cuál sería entonces el discurso pujoliano, cómo se articularía? Y no solo el suyo, por supuesto, pero viene al caso por su declaración de que los europeos temen que la globalización les haga perder su identidad, y su identidad de pareceres con Giscard frente al islamismo turco. ¡Cuantísimo es capaz de llenar la boca de un político profesional un concepto como identidad! Tanto, en realidad, cuanto vacío ideológico haya en su cerebro, pues es su caldo de cultivo. A medida que se siguen conociendo nuevos proyectos de la fachada marítima en remodelación por el Folclòsrum, se advierte la intención de poner esa ciudad recuperado al servicio de una clase social bien determinada: los baños termales, el gimnasio con miradores al mar y otras instalaciones, en concesión de explotación  privada, claro, ¿a qué público van dirigidos? Al pudiente, claro. Días atrás un artículo de fondo marcaba los polos del debate: ricos y pobres. Dejemos esto del Folclòsrum y alrededores en pudientes e impudientes. Gobernar al servicio de los primeros, ¿no es impúdico? Ser impudiente no impide protestar, está claro.

miércoles, 20 de enero de 2016

16-11-02

     Sábado. Y no de gloria, precisamente. A determinadas edades de la descendencia, el padre no es sino un transportista a destajo. Y la realidad una cadena de obligaciones que deja pocas argollas libres. Esta de la aventura clónica es una de las que voluntariamente ha anudado el clonista a su asendereada vida de vía estrecha y, como es preceptivo, se dispone a sacarle ese brillo masoquista  que salta a la vista. Luis Valdesueiro, a quien siempre le impone la cantidad, él que es cultivador de quintaesencias, mientras que el clonista lo es de fárragos, aún no sale de su asombro. “¡Seiscientas páginas!”, se repite, como sobre quien se hubiera derrumbado una pirámide egipcia ¡Si él supiera que un aforismo suyo vale por todo el presente año! Andan él y el clonista en eterna disputa sobre quién es más oblomoviano, pero en ese terreno sí que la quintaesencia cae del lado del clonista, a pesar de su disfraz estajanovista. En fin, realidades minúsculas que adquieren un relieve individual extraordinario y con las que no pueden competir esas realidades de relumbrón de la realidad prensada, tan anodinas la mar de veces, naufragio del Prestige excluido, o tan miserablemente estratégicas, como la matanza de colonos israelíes –aunque los colonos siempre son “judíos”, nunca son israelíes; mientras que las tropas militares son israelíes y nunca judías. ¡Ah, los misterios de la perversión lingüística!- por parte de los religiosos terroristas de la Yihad islámica, que en realidad disparaban contra el acuerdo entre Arafat y Al Fatah para liquidar el terrorismo como opción política. Luego hay otras realidades que escapan ya del juego retórico, porque afectan directamente a la capacidad humana de hacer frente al horror: la muerte por desnutrición de cuatro niños en Argentina –que  son millones en otras partes del mundo, no se olvide-  pone de relieve una situación de la que no se escapan ni los países supuestamente desarrollados, aunque anden inmersos en crisis económicas tan explicables y al tiempo inexplicables como la propia de Argentina: los fondos asistenciales no llegan a sus destinatarios y se quedan en los bolsillos de las clases dirigentes. A Clonista le sorprende, bajo el retrato inmisericorde de un niño argentino/somalí/etíope/etc., desnutrido severamente, hallar la tibieza de un titular como La fiscalía investiga el desvío... ¡El desvío! ¿Un crimen de lesa humanidad es un desvío! No es de extrañar que cada vez sea mayor el número de personas que se declaran incapaces de comprender la realidad, al tiempo que desbordados por ella. El extrañamiento a que conduce al individuo la realidad es una suerte de enajenación racional, la imposibilidad de ejercer el “uso de la razón” que supuestamente se adquirió allá por los siete años, según ritos de paso católicos. ¿Quién puede comprender, desde Europa, al menos, que se hable de un giro hacia la izquierda de Al Gore por el hecho de que vea la necesidad de que haya una Seguridad Social universal, cuando antes le parecía una exageración radical –y ya se sabe que radical en Usamérica casi significa comunista, o significaba hasta hace bien poco al menos-, apenas hace un par de años? Hablar de centrismo tibio ya sería un exceso de generosidad, ciertamente. Quien no admite dudas a la hora de retratarse como quien es, un Duce de nuevo cuño, es Berlusconi. Su brazo derecho -¿o su mano derecha? ¿o ambas expresiones son intercambiables?-, un tal Confalonieri –cuyo nombre, desde la fonética del castellano, suena terriblemente a compinche canallesco-  no ha dudado: Berlusconi es como “un Ceaucescu bueno”. La anécdota la recoge Paolo Flores D’Arcais y es reveladora de la “excepción italiana”, la “anomalía” la llama él, que consiste en tener un presidente que controla el 90% de los medios de comunicación televisivos -¿o es una expresión como aquella famosa que recordaba Unamuno de El pensamiento navarro? ¿Comunican, si son televisivos, y de Mafiosconi, o simplemente aleccionan? Deforman, en cualquier caso, que es lo dramático del asunto. Oportuno, muy oportuno, es un artículo de fondo, de mucho fondo, con un título tan provocador, en estos tiempos de la Españaquevabién en plena fase de descomposición, ¡y ahí es nada lo que huele la inflación, por ejemplo, purito cadáver de buenas intenciones!, como Ricos y pobres. Dentro de poco Josep Oliver contribuirá a desvelar la situación de la pobreza en un territorio supuestamente rico como Cataluña, un informe que dará que hablar. ¡Confía Clonista que dé que obrar!, lo que desea también del publicado hoy. La gran paradoja señalada por Raventós y De Francisco es que “han sido precisamente los gobiernos que más han promovido políticas desreguladoras de los mercados laborales y fiscalmente estimuladoras de la oferta los que más han provocado aumentos de la desigualdad.” Si lo del desnudo de la soldado de infantería por el teniente era ya un hecho de una gravedad tremenda, la acusación que acaba de hacer la soldado, que fue violada por ese mismo teniente, le devuelve a aquel incidente la congruencia que antes no tenía. El miedo a las amenazas y las intimidaciones le habían sellado la boca. Ahora, que se debe sentir más protegida por los medios de comunicación -¡es noticia!, ha traspasado la cárcel del anonimato, tan encubridora de los agresores en el delito de violación-, se atreve a denunciar la salvaje y beoda agresión machista sufrida. Teniendo en cuenta las jóvenes edades de los protagonistas que intuye Clonista, pues no se mencionan, solo cabe pensar que hay más fachada en la evolución de los costumbres que firmes y sanas raíces. Dos terribles noticias de agresiones a mujeres, un asesinato a puñetazos y una degollación, completan ese panorama desde el puente del horror. A Clonista le gusta el contacto con el periodico, la celulosa barata, las páginas atiborradas de información, su olor peculiar, las dificultades para dominarlo en un transporte público, su inequívoca tendencia al desorden y tantas otras cosas más, por eso no frecuenta los periódicos digitales: leer en una pantalla es como leer la televisión, insufrible; el rollo cibernético no puede competir con la imprenta y la encuadernación precaria del periódico. Con todo, El País ha tomado la decisión de cobrar las consultas a su edición digital. Lo mejora y se lo cobra. Clonista ignora si el negocio merecerá la pena, pero las barreras económicas para acceder a internet se están comenzando a levantar tan altas que acabarán expulsando a muchos internautas de tan escaso peculio disponible para ese vicio como Clonista, y si se le suman los accesos previo pago a determinados sitios, pues será el acabóse. La crisis de los valores tecnológicos tendrá muchas explicaciones, pero la dificultad de acceso a la red, además de su elevado coste explica muchas cosas. Finalmente, después de las decisiones Closcarlesianas sobre los prostíbulos, el Ayuntamiento pretende regular los burdeles. ¡Que sea norabuena!

martes, 19 de enero de 2016

15-11-02

     A poco más de mes y medio del final de la aventura, todo lo real prensado se tiñe de un aura crepuscular, y con mayor intensidad aún cuando Clonista está a tres páginas de acabar Las partículas elementales, de Houellebecq, un desolado retrato de la modernidad que coincide con la reedición y divulgación de La náusea, de Sartre, vendido a precio módico por El País junto con el ejemplar de su edición de mañana. De todos modos, la perspectiva conservadora del acusado de blasfemia poco tiene que ver con la anarquistoide y nihilista de Sartre en aquellos inicios literarios suyos. La realidad, y más concretamente la realidad prensada ha acabado por ponerse de moda. Arcadi Espada ha presentado un libro de Jorge M. Reverte, Perro come perro. Guía para leer los periódicos, en el que se pone en solfa el peculiar modus operandi de la prensa, que es modus creandi, como debe haber quedado claro para el hipotético lector que haya sido capaz de llegar hasta este día de noviembre, también plenamente otoñal. A veces ni la indignación justificada es capaz de alterar la serenidad escéptica con que suele asistirse a la representación de leo real prensado, Clonista incluido. Que la inflación se haya encaramado al 4%, contradiciendo la insistencia guppernamental en que la entrada del euro no había afectado a los precios, es la mejor prueba de que los desiguales contribuyentes y consumidores no son imbéciles: “los euros duran menos” es la sentencia popular que se oye aquí y allá en cada cola donde aún pueda conversarse con quienes aguardan, que no deja de ir siendo ya algo extraño y casi peregrino. Si todo norte desarrollado, tiene su sur explotado y miserable, China, que es continente ella sola y va por libre –es un decir, obviamente- en el concierto mundial, tiene un este rico y un lejano oeste deprimido, azotado, además, por tormentas de arena que amenazan al este. Ya se verá en qué paran sus esfuerzos niveladores. Cuando las tres primeras páginas de España se dedican al naufragio del Prestige, ad maiorem infografia gloria, poca realidad sustancial debe de haber. Si, por otro lado, Clonista está más espeso que la ciénaga de las privatizaciones del goppierno, todo se alía para hacer del día un tránsito lleno de penurias narrativas. La derecha francesa pretende eliminar la violencia en los programas televisivos, aunque, como bien se indica, las autoridades están más pendientes del tiempo dedicado a la publicidad y de la vigilancia de la contraprogramación que propiamente de la protección de la infancia. Es una manera de verlo, ciertamente. Las estadísticas, esas demiurgas manipuladas, indican que los niños y adolescentes pasan demasiadas horas al día delante de la televisión, solos, y en franjas horarias no adecuadas. El abandono de las responsabilidades paternomaternas sin duda debe influir en esas estadísticas; pero cuando entre la edad mental de padres y criaturas apenas hay distancia, todo es posible. Este país de monjas y frailes, reserva espiritual de occidente en sus tiempos de gloria católica, se queda poco a poco sin ellos. La edad media de ambos “colectivos” es de 64 años. Se trata, pues, de “cuerpos a extinguir”, como se dice administrativamente. De hecho, unos hábitos o una sotana son tan raros de ver hoy en día por la calle que Clonista podría asegurar que no ha visto más de diez en los últimos veinte años, y quizás exagera. Ahora bien, cuando el obispo de Urgell  considera que la incineración es una competencia intolerable por anticristiana, y que su práctica va contra la esperanza de la resurrección de los cuerpos, lo acaba de arreglar. La chapucería española, tan famosa como su antigua –y presente- intolerancia religiosa, se ha puesto de manifiesto en el numerito de la inauguración real e inmediato cierre al día siguiente de las 22 salas del Museo de Bellas Artes por problemas de personal para atenderlas. ¡De personal! Caritas, que se encuentra “desbordada” por la invasión de inmigrantes, ha constatado que la entrada del euro ha tenido una influencia a la baja en sus recaudaciones, del mismo modo que la ha tenido al alza en los precios. De la moneda de 100 ptas, se ha pasado a los 50 céntimos de euro, que son unas 80; y de las 1000 ptas se ha pasado a los 5 euros, que son unas 800 y poco pico. De todo el día de hoy, quizá nada como el rostro acartonado de un Michael Jackson con barba de días le ha impresionado tanto  a Clonista. A medio camino entre la máscara de piel de La matanza de Texas, la de El fantasma de la ópera y cualquier película de terror de serie B, el rostro de expresión jibarizada de Jackson representa el horror del disparate y del poder más truculento del dinero. 

lunes, 18 de enero de 2016

14-11-02

     Primer día de otoño real: viento, lluvia y fresco, que no frío, mientras Clonista subía y bajaba las cuestas de Montjuïc con la facilidad de quien acababa de levantarse del transporte sufrido en casa mientras repasaba la realidad prensada. Se ha llevado con él la sensación de que la caducidad de lo real prensado no tiene plazo, que es inmediata. Y de poco vale en la feria prensada que la atracción acongoje, espante o soliviante, pues tumbar las páginas equivale a levantar lápidas. Hoy, a propósito de otro caso parecido, ha vuelto fugacísimamente a la actualidad el caso de la madre, enferma psiquiátrica, que quería cuidar de su hijo, pues la ayudaría a combatir su enfermedad. El niño había sido cedido en preadopción a una familia de El Royo, Soria. Clonista recuerda la viva polémica que se desató en su momento entre los partidarios y detractores de devolver el hijo a su madre biológica y entonces como hoy Clonista se mantiene visceralmente del lado de la madre, a quien le negaban incluso un régimen de visitas a la criatura mientras estuviera con la otra familia, una crueldad absurda e innecesaria que contribuyó lo suyo, sin embargo, a que se hubiera podido llegar a una entente cordiale entre la madre y la familia adoptiva. En fin, de un año para otro, pues, hay noticias que deberían volver, con esa u otra periodicidad, para garantizarnos que aún seguimos dentro de lo real, Clonista siempre padece matices y reparos de cierta enjundia. De todos modos, es raro que la realidad prensada produzca sensación de continuidad. Antes bien es todo lo contrario: la fragmentación impone una discontinuidad esencial que deshace la vinculación del lector con lo real, que siempre se le aparece como un mundo aparte, ajeno, una ensoñación y un espectáculo. Sadam Husein acepta “sin reservas” la llegada de los inspectores, que ya se encargará él de distraerlos con su pasen por aquí, husmeen por allá, tomen medidas acullá y vuelta a empezar, hasta que regresen con las manos vacías y pongan en un  compromiso a quien desde antes de que vayan allá los inspectores está convencido de que no encontrarán lo que van buscando. En el macabro juego de ataques defensivos entre israelíes y palestinos, le toca mover ficha destructiva a los israelíes, cuya invasión de Nablús ha sido bautizada como operación Rueda de Inercia, un alarde poético de denotación sin precedentes en su cultura lírica. Inercia antiecológica es la de las empresas petrolíferas que continúan llenando de crudo las panzas de barcos antiguos con bandera de conveniencia. Frente a las costas de Galicia está a punto de consumarse un desastre de magnitudes desconocidas, pues en esa panza se almacenan 77.000 toneladas de fuel. ¿El nombre del barco? Prestige, naturalmente. En Vigo han detenido a sospechosos del doble asesinato mediante bolsabomba solo porque en un bar se jactaban de su capacidad para fabricar bombas. ¿Precipitación? ¿En cuántas tabernas de B no se oirán idénticas jactancias?  La realidad también es espera, a veces excesiva, y lentitud. Josu Ternera bien lo sabe, y bien se ha reído de quienes no anduvieron prestos para evitar la carcajada social. No se trata tanto de que la realidad prensada moldee los acontecimientos cuanto de que les dé condiciones de existencia y después alardee de haberlos previsto. La expresión más ingenua de lo anterior son esas secciones de "Mañana será noticia...." Hoy lo es, y por derecho propio, que es atentado contra el derecho, la ratificación por el Supremo de una condena de solo 5 meses de arresto -¿atenuantes?: estar borracho y arrepentirse- a un teniente de infantería que hizo desnudar a una soldado para hacerle “la prueba del frío”. Teniéndola desnuda ante él, le sugirió que si quería conservar el calor “se sirviera de él”. El patetismo de la escena ¡cuánto no dice de las complejas represiones que se liberan en la escala de mando! A Clonista le cuesta creer que la soldado llevara la sumisión al superior hasta el extremo de perder la propia dignidad, pero ignora circunstancias y, sobre todo, con el famoso antecedente del infausto y criminal Cañete, cuánto miedo puede haber llegado a pasar la joven militarista. El defensor del teniente argumentó, no obstante, que estando el desnudo femenino “a la orden del día” -¿querría decir “en” la orden del día, el muy chusco?-, no debería considerarse infamante que un superior obligara a desnudarse a una inferior estando ambos solos. Que alguien le libre de sus amigos, al teniente... Un amigo letrado que sería recibido con los brazos abiertos en la conferencia episcopal usamericana, donde han blindado a los sacerdotes de su secta católica para impedir que los abusadores sexuales queden al alcance de la justicia ordinaria y sean juzgados, por el contrario, ¡a puerta cerrada y manteniéndose el anonimato de los pecadores!, por tribunales eclesiásticos. ¿No lo llamaban tolerancia cero? Pues le han puesto un uno delante la mar de empalmado, ¡a fe!  El sol que más calienta también tiene sus manchas, y ahora son más visibles con nuevos telescopios. La imagen recogida recuerda extraordinariamente los girasoles de Van Gogh. Tocan a derribo, en Convergéncia i Unió, y antes de convertirse en escombros regalan a sus amistades un paraguas mediático donde puedan acogerse y reorganizar sus tropas para la reconquista. Las frecuencias radiofónicas regaladas, teniendo en cuenta el dominio hegemónico de la SER en toda España, ¿valen el escándalo? ¿No se extralimita la oposición por una cuestión de calderilla? Teniendo en cuenta, además, la irregularidad manifiesta de las concesiones, ¿no serán recurribles judicialmente? Pues eso. Lo del derribo se advierte también en la torpe desesperación gestual con que piden los Masistas que Maragall se avenga a debatir con él los presupuestos, reconociéndole un plus presidencial inequívoco. Clonista ha dado, por fin, lejos de la superestructura, con una realidad de esas que te parten por la mitad, una historia de frontera: Varios camiones aparcan en los terrenos de la antigua fábrica Montesa de Esplugues. Los vecinos del solar, que lo son, sin embargo, de Cornellà, el Ayuntamiento limítrofe, han recogido firmas para que se haga algo, porque no pueden dormir debido a los ruidos que de buena madrugada hacen los camiones y los camioneros, habituados, por lo que se ve, al tono elocutivo del grito y tente tieso. La imposibilidad de conciliar el sueño somete al organismo a un estrés que puede conducir a una violencia asesina, como varias veces se ha constatado en la realidad prensada cuando algún vecino ha acabado con otro ruidoso. La Generalidad legisla ad hominem para evitar que el Presidente de La Caixa siga siéndolo. ¡Gran escándalo! Las entretelas del dinero andan en juego, y las influencias políticas sobre quienes gobiernan el capital. ¡Gran preocupación! La opereta acaba de comenzar. ¡Se ha desatado la vesania! ¡Casi todos los actores principales pasan de los 70 años!  ¡Gran emoción de activos y pasivos, de audiencias y de legislación!  Deprimente.

domingo, 17 de enero de 2016

13-11-02

     Otro día, al que añadir más quizás sería una injusticia soberbia. Clonista anda en una nube, porque después de haber ido con sus vástagos a ver El caballero don Quijote y haber salido éstos aburridos y aquél indignado, los dos al alimón han querido ver la larga y afortunada primera parte de las hazañas del hidalgo manchego,  –el clonista lo recalca, manchego, ahora que el adjetivo en boca del nada gallardo Gallardón se ha tornado en baldón, según denuncia una corresponsal en la sección correspondiente-, lo cual han hecho en horas veinticuatro con una atención que ha dejado boquiabierto a quien los engendró, quien los veía con la conciencia de estar asistiendo a uno de esos prodigios de la naturaleza cultural de la especie tan peregrinos como casi inverosímiles. ¡Qué poder de seducción no tendrá la felicísima invención de Cervantes! A la tarde quitojesca se le suma la compra del libro de Espada, Diarios, de naturaleza parecida a la presente Clónica, y en el que, sin poder resistirse al abaniqueo breve de una hojeada, ha descubierto la primera coincidencia: una alusión a Sebastian Haffner. ¡Vedado proseguir, ni con vientos ni con aspavientos! ¡Vade retro, curiosidad! Y Clonista va hacia dentro, ya, de la realidad prensada, infinitamente más pobre que ciertas circunstancias que la enmarcan. Ayer Luis Valdesueiro le agradeció a Clonista el envío de una muestra de la presente clónica, aunque, acto seguido, le reveló su alejamiento definitivo de la curiosidad por la actualidad, es decir, por las presentes sucesiones de difunto quevedianas en que se acaba convirtiendo esa actualidad intrigante y alienadora. Coincide con Paco Marín, con José Luis y con tantos otros que han decidido desconectar de la realidad prensada, alejarse, enclaustrarse en sí mismos. A todos ellos se les puede aplicar el ingenuo ¡pero tú en qué mundo vives!, con que los actualidadictos  despachan la ignorancia de un dominio común que bien poco tiene de propiedad, desde luego, y bastante menos de común, para qué nos vamos a engañar. Póngase por caso la noticia estrella del día: Economía multará a las tres grandes eléctricas por pactar los precios. En tiempos preelectorales, ¡menuda realidad amañada! Un auténtico pacto de caballeros: el goppierno se presenta como el defensor de los pobres clientes; las eléctricas descuentan de los beneficios una multa ridícula; todos tan contentos y los paganos, avisados y sin avisar, expoliados y hazmerreídos. Otra noticia estelar: la retirada de Arantxa Sánchez Vicario. Debe de ser de mala educación recordar, en el momento de la despedida, su condición de contribuyente andorrana, ¿o ya se ha vuelto a nacionalizar española fiscalmente? En su día criticóse aquella búsqueda de la evasión fiscal; hoy, ni una palabra que disuene en el coro de elogios y reconocimientos por los servicios prestados. Piqué, tan chapucero para lo de las evasiones fiscales, la envidia, seguro. La derecha europea se quita la careta liberal, se pone el rictus cristiano y el bonete católico y arremete contra la Turquía islámica, a la que quiere reducir a la condición de Estado asociado. ¿Será el futuro europeo de Euskadi? La religión sabiniana, al fin y al cabo, puede llegar a ser tan intransigente o más que el propio islam. Europa sería, así pues, un continente que limitaría al este con el islamismo y al oeste con el sabinismo. Y la realidad camina en esa dirección, según se deduce del titular que resume la transformación que está sufriendo China: “Nacionalismo y religión ocupan en China el vacío que deja el comunismo.” ¡Ahí es nada: nacionalismo y religión! A Clonista le sorprende que aparezcan como conceptos disociados, pero son tiquismiquerías de escrupuloso, sin duda. Antonio Díaz Ramírez ha enviado a Cartas al Director un cuento que bien podría haberlo firmado Monterroso. En resumen: hallan un ratón en un tetrabric de tomate frito –¡qué generosidad comercial la del corresponsal!-, se lleva continente y contenido a Sanidad y levantan un acta: tetrabric con un cuerpo extraño. Interesado por cómo sigue el expediente, al denunciante se le entrega una fotocopia del laboratorio en el que, tras dos meses de arduas investigaciones, confirman que, en efecto, se trata de un cuerpo extraño. ¿Y qué cuerpo se le queda al denunciante? Pues eso. Si ayer se le iba complicando al goppierno lo del caso Gescartera, hoy se ve que Rato y Montoro andan renqueantes y demorosos a la hora de facilitar la investigación que, más que salpicarlos, los ha cubierto de una mierda teatral en absoluto operante. Clonista no quiso adentrarse en un caso de supuesto infanticidio, pues la crónica del suceso no puede leerse, desde la condición de padre, sin que todos los fríos del horror se le metan a uno en el cuerpo, sobre todo cuando el instinto de supervivencia anda por medio. Ahora, una sentencia inicial a 17 años, dictada por un juez profesional, ha sido sustituida por otra dictada por un tribunal popular, que la rebaja a 4, con el beneficio añadido de la remisión de pena mediante los beneficios penitenciarios pertinentes. Al otro lado, es decir, al del profesional que juzgó a Melva, un colega multa con 60 euros a un maltratador que amenazó a su esposa con un hacha porque lo hizo “por amor”. Será un amor del que patrocina Manzano en Madrid para evitar los malos tratos. La realidad se escribe así, a golpe de sentencia. Y una antología del disparate judicial sería, con mucho, el libro más vendido del año en que se publicara. Ahora bien, ¿quién es el valiente que se pone a leer fundamentos judiciales? Mas y Rato se reúnen para no pactar y para ahondar la distancia pactada que separa a ambos, según parece. Los seguidores del primero, hasta que se estrelle electoralmente, después ya le sacrificarán como es debido, no lo entienden. Clonista, tampoco. Los electores, pues depende. La sociología electoral de este país anda en mantillas, pues aún no se ha levantado acta de los porqués variopintos de las fidelidades electorales. La atención se la llevan siempre los díscolos abstencionistas, que parecen los niños que dan problemas en las escuelas para llamar la atención. Si en el horizonte de la realidad inmediata aparece el cielo abierto de las elecciones, la transformación de lo real se acelera vertiginosamente: ahí está la repartición de la miseria a las pensiones de viudedad que anuncia el gociuerno, mientras su paniaguado síndico de cuentas evita, contra los elementos, que a un hijo de Pujol le salpique la corrupción. Los silencios son tanta realidad como los ruidos que la atraviesan de la primera plana a la contraportada. No es el momento, pero hay muchos silencios que avasallan con su elocuencia a Clonista. Un día sin contratiempos en el Folclòsrum, ¿es real? Ahí está el quid.
12-11-02

     Se le complica, judicialmente, el caso Gescartera al goppierno. Boyer, ex ministro socialista, se deja seducir por el PP. Husein tendrá la última palabra tras delegar en él el Parlamento iraquí. El paro aumenta, incluso en verano. Los jóvenes duermen menos de lo necesario. Y ahí se acaba la realidad prensada de choque, la espectacular. La foto se la lleva la conversión de Boyer, quien parece subordinarse al caudillito. En el interior, sin embargo, muy al fondo, en la despedida económica, se halla lo que, al margen de la interesante estadística sobre las escasas horas de sueño de los jóvenes, le parece al clonista que debería haber figurado con escandalosos tipos de tabloide británico en primera plana para remarcar la gran inocentada –puesto que las navidades siempre se adelantan casi mes y medio, no ha de extrañar que los Santos Inocentes pueda caer en tal día como hoy-: “en España solo hay 17.987 ricos que dicen ganar más de 192.000 euros al año.” Además, el 81% de los declarantes afirma no tener rentas anuales de más de 21.000 euros. Por otro lado, los sujetos a nómina declaran una ganancia media de 13.164 euros, mientras que los empresarios y los profesionales liberales la declaran de 8.944 euros. Esta vergüenza descomunal no parece constituir más que motivo para una ligera ironía cursiva. La estructura de sueldos de este país es un caos tan tremendo que no es de extrañar que haya sido España la cuna de la picaresca literaria, fiel trasunto de la real, por supuesto. La inadecuación entre el puesto de trabajo, los ingresos y las inversiones intelectual y económica realizadas para obtenerlos es de tal magnitud que no es de extrañar el desaprovechamiento, tan extendido, de una buena parte de los profesionales mejor preparados del país, de lo cual ha leído Clonista sobrados testimonios en la sección Cartas al Director. El dolor no puede ni debe ser la noticia, porque luego pasa lo que pasa. Tras haber descrito con pelos y señales el asesinato de cinco judíos pobladores de un kibutz pacifista cuyos sólidos puentes de diálogo con la comunidad palestina hacen aún más incomprensible el ciego ataque terrorista, el redactor se ve obligado a encorchetar la otra cara de la moneda, el asesinato, por parte de los soldados israelíes, de un niño de dos años palestino. ¿Se respeta así el pluralismo y la ecuanimidad? Tal y como está distribuida la materia informativa, la respuesta es no. Putin ha logrado, en la cumbre Rusia-UE, que los europeos acepten su terrorismo de estado. El pueblo en la calle y algún intelectual en el propio Parlamento Europeo, como Glucksmann, se han encargado de recordarle a Putin en lo que se ha convertido: un genocida y un gaseador. Si a ese revés mediático se le suma la expulsión de dos diplomáticos rusos en Suecia por practicar el espionaje industrial y militar, emerge un panorama de guerra fría en estado puro. Se ve que cuesta cambiar el chip, y que Kgputinb aún añora los viejos tiempos de las consignas, de la ausencia de explicaciones. Clonista recuerda la desoladora hambruna en Etiopía del año 84, un mazazo moral que le quitó desde entonces y ya para siempre muchas risas del cuerpo; pero ignoraba que la población del país africano supera los 65 millones de habitantes, de nuevo expuestos a caer diezmados por esa hambruna que amenaza con ser peor que aquella otra. ¿Cómo pueden convertir los socialistas en acusación política la “opacidad” del goppierno en todo lo referente a las privatizaciones y, sobre todo, a la de Telefónica?  ¿Y la privatización de la seguridad?  Interior pretende coordinar a sus agentes con los de la seguridad privada para mejorar sus estadísticas contra el crimen organizado y, de paso, forrar a las sociedades dedicadas a la seguridad, cuyos presidentes ¿cuán lejos están del ámbito de influencia del PP? Premio. Al lado del escándalo de los pocos ricos que hay en este país, pues los juegos de azar estatales no dejan de contribuir al aumento de esa estadística, el informe sobre el escaso descanso de los jóvenes y lo perjudicial que es debería figurar en esa primera plana del escaparate prensado. La reflexión de Victoria Combalía sobre las tomaduras de pelo del ¿arte? moderno, ¿quién puede no compartirlas? Lo que está más extendido, denuncia la autora del artículo, es que los críticos no se atrevan a comentarlas, a reconocer su banalidad. ¡Qué miserable ha sido la dirección del hotel Expo Hotel, que ha despedido a cinco maleteros por quedarse con las propinas! Aquello de antes, sueldo más propinas, debe haber pasado a la historia pequeña y humana de la explotación; nada que ver con estos brutales tiempos de esclavismo y argucias economicistas. Noble ha sido, sin embargo, la reacción de la dirección de la fundación del Nobel, como cabía esperar, al retirar el garrote vil de la exposición al público.