sábado, 21 de noviembre de 2015

17-9-02

     A Clonista le cuesta horrores superar la fase de adaptación al infierno laboral, supone que hasta que una baja providencial –y suecófila- le deje una semana en casa, como todos los años, sin poder decir ni una palabra a través de la castigada faringe casi ensangrentada. Mientras, compaginar la clónica con el abatimiento es algo que va más allá de algunas reputadas heroicidades. En cuanto el dictador de Irak ha comprobado que Arabia Saudí le ha dado permiso a Usamérica para disponer de bases desde las que lanzar sus ataques, no ha tardado ni tres días en dar todos los beneplácitos del mundo a los inspectores de desarme de la ONU, cuando cuatro días antes había negado tajantemente que pudieran aceptar esas inspecciones. Mientras la guerra sea diplomática todo irá bien... Eso sí, la diplomacia se acaba en cuanto uno huele que el poder se aleja, empujado por las encuestas adversas. Stoiber no ha dudado en agitar el fantasma de la inmigración y el peligro de que desaparezca la identidad alemana de sobre la faz de la Tierra para tratar de recuperar algunos de los votos que le permitan derrotar a Schröder. A su manera, ha coincidido con el presidente del Tribunal Supremo, que, en la inauguración solemne del año judicial, ha alertado del mismo peligro: perder la identidad y el bienestar alcanzado con el esfuerzo encadenado de tantas y tantas generaciones de españoles. Menos mal, por seguir el hilo que se ha trazado solo, que el arquitecto francés Jean Nouvel ha llegado en socorro de los países europeos amenazadas: “La arquitectura es uno de los medios más importantes para conservar la identidad.” Y se ha quedado tan topictranquilo. Seguramente por eso el museo Guggenheim de Bilbao expresa como nada ni nadie la identidad vasca, o la, en construcción, Torre de Aguas, de Barcelona, la identidad catalana. Que la realidad son las palabras con que creamos la realidad es una obviedad de tomo y lomo; pero pretender, además, que cuanto las palabras dicen tenga un sentido es una ingenuidad imperdonable. La realidad tiene tanto de cháchara cuanto ésta de única realidad incontrovertible, e incluso hasta irrefutable. ¿La prueba? Lo acabado de escribir. Pero el campo minado de las identidades es, además, una helada pista de patinaje, y pocos son los que salen airosos de una travesía tan difícil. Los zapatistas, que vuelven a la realidad tras años de aplastamiento mediático, mucho más implacable que el de la policía o los militares mejicanos, protestan contra un fallo judicial, que es más fallo que nunca al fallar contra ellos. Guadianescos, como todo en la realidad prensada, los zapatistas ni merecen la fotografía de la ilustración, que acapara Fox con aires de Wayne. ¿Por qué a Clonista siempre que lee el nombre del mandatario mejicano se le intercala el Molina, y acaba leyendo Vicente Molina Fox? Tómelo el cinéfilo y excelente novelista de La comunión de los atletas como un piropo, no como una comparación absurda. Al fin y al cabo, de poco valer será quien, mandando en un país de 100 millones de personas, ni siquiera su propio nombre logra imponerse en la conciencia de este Clonista de la realidad prensada, tan proclive, eso no se puede negar, a los juegos verbales. Savater sale en defensa de los otros vascos, aquellos que no existen para el nacionalismo gobernante, aquellos a los que quisieran incluso hacer desaparecer de las vascongadas para poder imponerse sobre la masa feligresa, porque el nacionalismo no se dirige a personas con un criterio propio e independencia de juicio, sino a los fieles, a los súbditos, a los correligionarios. La única independencia que admiten es la gestionada por ellos, la otra, la del juicio crítico, ¡bah, niñerías! Que no les vayan con hostias, que el pan bendito de la identidad y la soberanía ya lo reparten ellos, con la ayuda de Setién, por supuesto. No se acuerda Savater, sin embargo, del nombre del mal ladrón. Gestas, es el tal, y le cuadra a Savater, frecuentador de ellas, porque de héroes democráticos y librepensadores es su resistencia activa frente a la doctrina nacionalista y sus inquisidores inhumanos. A dos de ellos, cúpula y cópula al tiempo, los han capturado en Burdeos. Se rompió la cadena de mando, pero pronto será reemplazada la jefatura ahora decapitada. De hecho, es una realidad corriente, la de las desarticulaciones de la banda terrorista, a cualquier nivel de su nada compleja estructura. Lo que sí es complejo es el entramado jurídico-político de la realidad. El informe de los juristas de la cámara vascongada dice que el Partido político y el grupo parlamentario correspondiente que forman con los diputados elegidos por pertenecer a aquel son dos entidades jurídicas distintas, y que esa relación no llega nunca a la identidad. Cabe, pues, la posibilidad de que un grupo parlamentario acabe haciendo una política completamente opuesta a aquella para la que ha sido votado por el pueblo. ¿No es hermoso el Derecho? Y no extraña, consecuentemente, que anden los juristas alborozados por la oportunidad que les ha dado GarZón de liarse en trifulcas doctrinarias y espirituales, porque la letra de la ley es la letra, pero el espíritu..., ¡ah, el espíritu! Al final, claro, será el Tribunal Constitucional quien interprete, como único oráculo admitido, cuál haya sido o dejado de ser el espíritu de la Ley. Se anticipó el goppierno a la lectura de la memoria de la fiscalía de este año, donde se recoge que, contra sus desmentidos en el Parlamento -¿o han de llamárselos por su nombre propio: mentiras?- aumenta la delincuencia, pequeña y grande. O sea, que Cardenal ha vuelto a cumplir su labor felpuda con una corrección digna de encomio y de algún sobresueldo de esos que tanto le gustan al Fiscal del Goppierno. Con el gasto público en educación estancado en el tope del 4’5% desde hace cinco años, ¿qué futuro puede tener la polemebélica Ley de Calidad?  ¡Ay, qué felicidad, si el PSOE pudiera hacer examen de conciencia, abjurar de sus errores falsamente progres y ofrecer un remedio a la enseñanza que se hiciera verdaderamente a partir de los profesionales del sector y no de los laboratorios de grupos selectos que ya ni recuerdan si los alumnos tienen una nariz o dos, o una o dos orejas! Los apresuramientos están bien, como las teclerratas, para descubrir el gusto por el léxico o nuevos conceptos, pero detectar indicios de que está creciendo entre las mujeres “el cáncer laboral”, como afirma Joaquima Utera, le produce escalofríos a cualquiera. Como simpatía se le despierta, a fuerza de repetición y del amable intento de batir récords absurdos, a Clonista por el ladrón que acumula 104 arrestos, muchos de ellos por robos mediante alunizaje, que es una perla conceptual. La policía, con la colaboración de los jueces, parece empeñada en llegar pronto al sesquicentenar de arrestos, a ver si acaba saliendo alguno de esos récords tan celebrados entre los descerebrados catódicos. A pesar de que Gaspart y su plantilla celebran todos los títulos con la Mare de Déu de la Mercè, con la Verge de Montserrat y con la plana mayor del santoral religioso y político catalán -que incluye no pocos santones, santeros y satanadores...- nunca, ¡nunca!, querrá que sean recibidos en audiencia por un Papa tan inmaculadamente blanco, ¿o ya han sido recibidos y eso explica la maldición vaticana que pesa sobre el equipo? Sí, hay que animarse, sin duda, aunque sea de una forma tan necia y chabacana. ¿A quiénes llenará los bolsillos la privatización de ENA? ¿Se ve? Esto no anima, qué carámbanos, esto indigna.

jueves, 19 de noviembre de 2015

16-9-02

     Si la realidad se acumula en exceso, produce un vértigo desasosegador. Con la derrota encima de un primer día de trabajo abominable, el remate lo constituye la necesidad de darle salida a esta clónica itinerante, hecha jornada a jornada, contra la pereza, el hastío, el vacío y la resignación. La realidad prensada... Pero no, hoy no es el día de las teorías, ni de las reflexiones, con esta paliza que lleva encima Clonista como un castigo feudal. Usamérica usa, al final, el lenguaje universal capaz de convencer a renuentes y tibios: “compartirá el petróleo iraquí con los países que le apoyen en la guerra.” Más claro no se puede decir, ni más imperialmente atroz. El Partido Liberal no ha respondido como se esperaba y los socialdemócratas siguen gobernando su particular estado del bienestar. Es interesante el recuento de paradojas del excesivo estado del bienestar sueco: “las bajas laborables por enfermedad se han convertido en una auténtica epidemia nacional. Hasta el punto de que el año pasado uno de cada siete suecos no trabajó por motivos de salud (estrés, depresión...). Un fenómeno que se engulle nada más y nada menos que el 14% de los gastos del Estado, más que la suma de los presupuestos de Educacion y Defensa. En el sector de la educación, en España, se va camino de esa situación laboral, sin duda. Si el 11-S chileno pasó sin pena ni gloria por la realidad prensada, más fortuna ha tenido el 20 aniversario de los asesinatos de Sabra y Chatila, auspiciados y teledirigidos por Sharon, para quien, curiosamente, el superjuez GarZón aún no ha emitido ninguna orden de búsqueda y captura por crímenes contra la Humanidad. Lo cierto es que el personaje títere que cumplió las órdenes israelíes y estaba dispuesto a testificar contra Sharon, Elie Hobeika, fue asesinado en Beirut el año pasado. Aciértese en menos de 30 segundos quiénes se lo han podido cargar. ¡Exacto! Zapatero ha dado con la clave para rebajar tensiones en el asunto de la inmigración: aumentar los fondos sociales para que ayudar a los inmigrantes no consista en desposeer a los españoles. Esa ayuda pasaría, también, por incrementar el número de profesores de apoyo para la integración lingüística y académica de los hijos de los inmigrantes. ¿Se hará? Tampoco costará mucho dar con la respuesta correcta. ¡Qué no será capaz el goppierno de sacrificar al dios del déficit cero! Siempre hay muertes insólitas, pero la de ese niño al que se le incrustó en el cuello la carcasa de un explosivo durante los juegos artificiales con que se celebraban las fiestas locales es una de las caras más siniestras del azar. De su corte pueden señalarse responsabilidades a la imprevisión y a la ciega confianza del clásico, “¡pero qué coño va a pasar, hombre, si esto es más seguro que yo qué sé!”, tan enraizado en el espíritu hispánico. Al modisto Delfín se le da tribuna y tiempo para explicarse y ello contribuye a que se reduzca la virulencia de los ataques que se cebaron en su propuesta estilística. Ahora, además de insistir en la referencia a Los amantes de Magritte, se enumeran los antecedentes de las vendas y las capuchas en el mundo de la pasarela. El tierno creador se queja de que “de algo creativo se está haciendo algo político”, con esa ingenua fe en que el arte y la política son mundos que no tienen nada que ver entre sí. Quizás debe pensar, el seráfico David, más modernista que moderno, que el artista, él por ejemplo, ha de vivir en su torre de marfil y tratar de evitar que la belleza inmaculada de sus creaciones se degrade al contacto con la burda demagogia de la política. Poco después, unas regiones más allá, en Barçalunya el poder político celebra a los artistas, los empesebra y les pide que se conviertan en guardiasciviles culturales de la patria. Que lo den todo por ella, vaya... Ha empezado la Liga de fútbol y ya todo da vueltas alrededor de sus mediocridades y sus excelencias. La insoportable cháchara continua que lo empantana todo se irá extendiendo poco a poco, y el vaivén de la emoción y la desolación se repetirá como cada temporada hasta que lleguen los calores y los vientos del ocio personal barran esa borra espesa de los largos meses de campeonato. 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

15-9-02

     Último día antes de la vuelta a la degradante rutina profesional. Un domingo temible, y no sólo por el malestar de la víspera de naderías, sino por el hábito contumaz de la realidad prensada de aparecerse a ojos de Clonista, y de cualesquiera lectores, como un día-resumen, un día de historias, un día de la nada pasante y de actos suspendidos. Se trata, fundamentalmente, de no estropear excesivamente el desayuno a los lectores, ni de arruinarles el día con tales o cuales crudezas. El desafío de ayer a GarZón por parte de los miembros y simpatizantes de B tuvo un desenlace ambiguo: se impidió la manifestación y se autorizó un breve mitin tras del cual los aguerridos simBatizantes se disolvieron. Clonista ha leído ciertas anécdotas que tienen un valor superior a su condición, como la de la mujer mayor, de serena expresión y dulce mirada, que se acerca a un policía vascongado y le espeta: “Da igual que vayas con la cara tapada, sé quién eres y dónde vives. Da por seguro que tu mujer será muy pronto viuda.”  Leer entre líneas supuestos mensajes subliminales es un hábito que adquirió Clonista en tiempos del franquismo, y esa deformación se le debe haber impuesto al tratar de entender el sentido de la ubicación de la noticia sobre la reclamación marroquí respecto de Ceuta y Melilla, en una esquinita del desplegable dedicado al Barullo vascongado. Igual ha sido cosa del azar, sin más, pues claro.  En Italia, sin embargo, otra manifestación, de muy distinto signo, levantó la moral alicaída de los progresistas de aquel país, que aun no siendo pocos, tienen el vicio de presentarse divididos. Casi camuflada aparece, en la realidad prensada, la esperanza de la diplomacia española en que Obiang I “El carismático” sea “generoso” con sus opositores. No justo, qué va, sino caritativo, que es el pepemodo de entender las relaciones diplomáticas. La verdadera noticia es que se ha acabado la conmemoración del 11-S y con ella se ha desmantelado el paraguas que cubría, como se vio, casi cualquier información internacional. Continúa la oposición prensada y política al plan represor del goppierno contra la pequeña delincuencia, como se han encargado de remarcar, para que nadie se llame a engaño sobre su indiferencia hacia la grande. El sindicato policial mayoritario, que se supone sabe de lo que habla, señala una de esas paradojas que se dan siempre en el trecho que va del anuncio político a su realidad consolidada: “cuando el PP termine su plan, aún habrá menos efectivos en la calle que hace seis años.” Debe ser algo parecido a la insultante Ley de Calidad, cuya plan económico logrará que las ratios sean más altas, que sigan careciendo los centros de los profesores de apoyo necesarios y que se disponga de menos presupuesto para gastos en infraestructuras informáticas, audiovisuales y de todo tipo. Tiempo al tiempo. Antoni Puigverd, un fino estilista de la argumentación, y una persona sensata –que no es elogio pequeño-, escribe sobre el caso Carod con mesura y ecuanimidad, y aunque dibuja nítidamente el contexto de la execrable posición política de Carod –la campaña vitriólica y antinacionalista de los medios de comunicación próximos al PP-, así como la imagen especular de la misma en lo que define, certeramente, como “humor del régimen” catalán, Clonista echa de menos la posición nítida de Puigverd sobre los excesos intelectoemocionales del nacionalismo, tan próximos a la barbarie, al irracionalismo típico de las vanguardias reaccionarias. Ahí está Hobsbawn, en la gran entrevista dominical, para nadar contra corriente llevando la antorcha de la razón y mantener algo que, siendo meridianamente claro para Clonista, no parece serlo para quienes han llegado a hablar de la tercera guerra mundial, que ya es hablar: “El historiador Eric Hobsbawn no da gran relevancia en sí a los trágicos atentados del 11-S y cree irreal la noción de que Estadios(sic) Unidos esté en peligro por ese motivo. Las amenazas que percibe provienen de la gente que provocó las grandes tragedias del siglo XX: “la ultraderecha nacionalista o fundamentalista.” Clarito. Vicente Verdú escribe un reportaje-ensayo sobre la pornografía  y en él menciona el magnífico libro de Sallie Tisdale, Talk Dirty to me, que él traduce como Háblame obsceno y que apareció con el título de Dime guarradas, que a Clonista le parece más  ajustado al espíritu del original: Talk dirty to me. Colocar la economía al final de la realidad prensada  parece una reafirmación de la fidelidad a lo real: dejémonos de tonterías, al final siempre se regresa a lo mismo: el dinero, la explotación, el beneficio, la estafa. Francia echa por tierra la legislación socialista y anula la ley de las 35 horas. Se acabó lo que se daba, y los sueños del ocio ilustrado, o descansado: a trabajar toca, y sin rechistar.

martes, 17 de noviembre de 2015

14-9-02

     Cosas trascendentales han pasado, sin duda, y ahí esta el escaparate prensado para confirmarlo: El PNV considera que la marcha proBETA tiene “legitimidad social” y no prohíbe la manifestación que Garzón considera ilegal. Así pues, de matute, se nos cuela en el ordenamiento jurídico la “legitimidad social” nacionalista, una estupenda aportación a la teoría del caos, sin duda.  Este Josu Jon portaconceptual promete, también sin duda. Junto al escándalo vascongado nuestro de cada día, otro escándalo primerplanista: la Pasarela Cibeles acogió la colección curas de urgencia de un tal David Delfin, quien paseó a sus modelos como si hubieran salido de Urgencias después  de una sesión extra de malos tratos. A ello se añadió una capucha a medio camino entre condenadas a la horca y el burka, y el remate del desfile fueron las titubeantes pasos de las modelos a los acordes húmedos de un orgasmo. Clonista reconoce su manifiesto desdén no tanto frente a la artesanía del dedal y de la aguja cuanto al empeño de convertir a los modistos y modistas en artistas indispensables y valiosísimos de la cultura. No le parece, pues, un escándalo el desfile de los vendajes, sino la propia Pasarela Cibeles en sí, lo que se la quiere hacer representar. La deformación profesional siempre nos hace ver la realidad sesgadamente, y a veces incluso nos impide verla. De la detención de uno de los principales organizadores del ataque a las Torres Gemelas, se le queda a Clonista una frase, “Binalshibh estaba llamado a ser el número 20 de los 19 terroristas”, que no tiene sentido, se lea como se lea. ¡Cuánta realidad prensada no está forjada con frases así! Schröder se recupera electoralmente con su discurso antibelicista, lo cual significa que igual pintan votos bastos para la sumisión caudillista. A Clonista no le sorprende que en Usamérica, el país de la tecnología punta, se haya vuelto a producir un caos electoral por el uso incorrecto de los sistemas de cómputo de votos. De hecho, quizás el invento más moderno que podrían utilizar para las próximas elecciones sería el de la papeleta en una urna y el recuento manual con interventores, ¿a que no se atreven? Si se puede llegar a Presidente con un pucherazo florideño como el de Bush, también  puede McBride deshacerse de la incómoda Reno con idéntico método. La irrupción en Suecia del Partido Liberal, con su ideólogo, el sueco de origen chileno Mauricio Rojas, a la cabeza, abre un interrogante que se cerrará cuando se recuenten los votos, a buen seguro que con tecnología manual, el próximo domingo. Así pues, será la realidad prensada del lunes la que le ofrezca a Clonista en qué habrá quedado la amenaza que tenía el Partido Socialista de perder el gobierno. La detención de un policía local de San Sebastián, topo de ETA, demuestra que la política de infiltración de B y ETA en las instituciones es como la lluvia fina que preconizaba el caudillito para sus mensajes electorales. La venganza fría de Otegi ha impedido al tripartito vascongado recurrir la Ley de partidos ante el Constitucional, algo así como “os vais a enterar, hostias”. El titular del sonriente cordero Carod con un inciso impagable, “Quiero que ETA deje de matar en Cataluña y, claro, en España”, suena a indirectísima cuña publicitaria promaragalliana, y ya se sabe lo que pasa cuando se piensa mal. Fernando Vallespín escribe sobre “La política pequeña” a propósito, además, del batacarodazo que se ha dado el líder máximo del partido mínimo por llevar puestas las orejeras del nacionalismo cuando toca y cuando no. Vallespín, sin embargo, deriva enseguida hacia otras pequeñeces políticas como las del caudillito, si bien se le ve el plumero ilustradespótico cuando insiste en que, en según qué materias políticas, lo propio de la política grande es “hacer pedagogía” sobre esas cuestiones “complejas y delicadas”. Clonista, sin embargo, que frisa ya el medio siglo, está más que cansado de las tutelas paternalistas, vengan de donde vengan. La cuestión de la inmigración, a juzgar por la demonización hecha por Munar de la inmigración y la demonización de Munar hecha por el discurso políticamente correcto de quienes a buen seguro no mantienen el más mínimo contacto social cotidiano con la inmigración augura tiempos de demagogia y crispación. La nueva casa zoológica de Copito de Nieve y familia –a Clonista siempre le ha resultado enternecedora la lucha nacional por floquetar de neu a Copito, la verdad- ha costado la friolera de 198.000 euros. ¡Fuera demagogias!, que no es lo mismo ser el único gorila albino, que ser un paria dado al vino, ¡dónde va a parar! Algo parecido le ha ocurrido a Clonista cuando se ha dejado llevar por todos los demonios a la moda y se ha despachado a gusto contra el incomprendido David Delfín quien, al fin y al cabo, había encontrado su inspiración en el cuadro de Magritte en el que se besan dos encapuchados. Como él mismo dice, entre vendas, collares-soga-con-nudo de horca y otras inspiraciones netamente sociales, “quizás mi confusión es querer llevar la cultura a la moda”. ¿Quién puede dudarlo! Hacía tiempo que Clonista, aun a pesar de seguirlo con asiduidad, no hacía comparecer a esa parte infinitesimal de la realidad que es el suplemento dedicado a la literatura y otras artes, pero no la moda, de momento. Desde 1916, año de su publicación, hasta hoy, ha permanecido inédita una novela de Steinbeck. El título es hermosísimo,  El invierno de mi desazón, y no anticipa, de ningún modo, la trama del libro, centrada en la relación con el dinero, pero Clonista la anota en su agenda de los buenos propósitos y algún día se encontrará con ella, a solas. La publicidad sobre la colección de libros vendidos a bajo precio por El País, los 40 títulos que, supuestamente, ningún lector culto puede haber dejado de leer, corre a cargo del veterano Rafael Conte, quien, armado de los tópicos de rigor, dispara con innegable soltura. De todo el florilegiotópico casposo, ninguno se le clava tanto a Clonista en la garganta como el de que la literatura nos ayuda a “conocernos a nosotros mismos”. Apenas leerlo, y escucharlo como un taconazo caudillista ante Bush, o verlo como las piquesumisas reverencias cervicales, a Clonista le sale del alma que la literatura nos sirve, sobre todo, para negarnos, para desconocernos. Su sorpresa, la de Clonista, se produce al llegar a la sección  A pie de página, donde Enrique Vila-Matas escribe, muy en su línea: “En realidad, no escribo para conocerme a mí mismo, sino para esconderme cada vez más”. Punto final.

lunes, 16 de noviembre de 2015

13-9-02

     Así van las cosas de la realidad política. Después de acusar a la oposición de hacer catastrofismo con la inseguridad ciudadana, el goppierno se descuelga con un megaplán antidelincuencia –no sin haber enterrado clandestinamente el antiguo Policía 2000 o algo parecido- cuyos ejes básicos son el endurecimiento de las condenas y la contratación de miles de policías y guardias civiles que los ciudadanos jamás verán patrullando por las calles. Clonista recuerda la tan llevada y nunca traída “policía de barrio” de la que nunca nada supo, en ninguno de los barrios donde ha vivido. Municipales multones no para de ver, que al fin y al cabo son recaudadores de contribuciones; pero policías... La información de páginas interiores ofrece un  dato elocuente: “dos patrullas para 200.000 vecinos.” Parte del plan es también el cumplimiento íntegro de las condenas por parte de los terroristas, lo cual tiene todos los visos de una concesión electoralista, además de suponer un descreímiento absoluto de la capacidad reeducadora de las cárceles, que debería ser su función esencial, tras la de mantener a buen recaudo, alejados relativamente de la sociedad, a quienes delinquen contra ella. La portada del día se la lleva, con todo, la súbita moderación de Bush. Que pida el aval de la ONU para su intervención bélica en Irak no deja de ser un aplazamiento de su decisión personal, pero concede un respiro al mundo, desde luego. La intervención israelí en Palestina, más la usamericana en Afganistán y más adelante en Irak, parecen haberle dado alas legitimadoras a Putin para lanzarse a una guerra contra Georgia si ésta no hace todo lo posible por reprimir a los guerrilleros chechenos –terroristas para Putin y el caudillito-, quienes lanzan la piedra en Chechenia y esconden el cuerpo en Georgia. ¿No es excesiva la extensión de la sección especial 11-S Un año después hasta el propio día de hoy? ¿O la amenaza es continuarla durante un año? Clonista está dispuesto a reconocer su torpeza hermenéutica, pero interpretaciones más disparatadas han resultado muchas veces las correctas, por eso no se extraña de que lo increíble pudiera ser lo real. Nueve meses de intensa clónica le autorizan a sostener que la realidad no está sujeta a definición, que no admite límites y que su condición cae más del lado de lo ignoto y remoto que de lo falsable y próximo. Su condición la emparenta con la ficción, desde luego, pero desde ahí Clonista no se atreve a dar ni un paso más. Los ciudadanos unidos, al margen de los partidos, se han autoconvocado, con la ayuda de algunos intelectuales que se han sentido compelidos a asumir el papel cívico a que los dirigentes de los partidos han renunciado,  para protestar contra el gobierno de Ducecosni y en defensa de la igualdad de todos ante la Constitución. Todo ello a cuenta del artículo metido con calzador en el Código de Derecho Procesal italiano que recoge la “sospecha legítima” sobre la parcialidad del juez que a uno le toque en suerte y la posibilidad de recusarlo y trasladar la causa a otro juez que se presente más favorable. Moretti vuelve, pues, a las andadas manifestadoras, y a su lucha cívica se suman Flores d’Arcais, Roberto Benigni y el único militante del partido unipersonal con el que participó en la política tradicional Claudio Magris, entre otros. La simpatía atlética de Clonista por Joschka Fischer, con quien comparte la práctica del maratón, debe haberse extendido, como señala el cronista, a buena parte de la sociedad alemana, pues la crónica en cuestión tiene todo el aire de un panegírico quizás merecido, pero Clonista, hecha la salvedad atlética, duda mucho de que esa hagiografía no hubiera debido aparecer en la sección Gente, en vez de en las páginas de Internacional, pero si algo se tiene vedado este Clonista es la crítica de la organización de la realidad prensada, ¡hasta ahí podría llegar! El Decretazo que provocó la huelga general sigue su curso parlamentario y se acumulan las derrotas de quienes reclaman del goppierno un esfuerzo para crear trabajo, en vez de, como señala el PSOE, “borrar parados del Inem.” Esa es la tentación estalinista del goppierno: reescribir, no tanto la Historia, cuanto el día a día... Readatalidad habría de llamarse lo real, y no solo la realidad prensada, si se mantuviera una cierta coherencia con lo que nos permite orientarnos en el batiburrillo incomprensible del famoso cuento lleno de ruido y de furia que significa nada de nada, nonada. La enseñanza pública pierde tantos alumnos como gana la privada protegida por los presupuestos del goppierno y, en Cataluña, de su gociuerno. Hasta 200.000 en cinco años, según UGT y CC OO. Qué alivio, con todo, entrar en el paisaje con figura de la cultura, donde Sábato se emociona, a sus 92 años, porque los jóvenes se arracimen junto a él para oírlo. Clonista ignora si también para leerlo, pero no estaría de más. Algo de cola habían de traer las declaraciones protomartirológicas del filatélico Xirinacs, y el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, lleno de la caridad cristiana que no parece compartir el filosanguinario Xirinacs, se ha apresurado a correr, sobrecogido y estupefacto, un tupido velo sobre las mismas, atendiendo a la falta de relevancia política actual del soflamador. Las víctimas de Hipercor, no obstante, se plantean algún tipo de denuncia, pues al mossén se le ocurrió decir que ETA avisa cuando pone bombas, y, consecuentemente, lo que pasa después debe ser ya culpa de a quienes no les da tiempo a poner pies en polvorosa, a juicio del terrible inquisidor, ¡afortunadamente sin tribunal ni competencias! Los reportajes cinematográficos de los viernes consuelan un tanto a Clonista de otras realidades deprimentes, como la recién consignada, pero le suscitan un interrogante malicioso: ¿qué haría A.F-S. si no existiera la palabra “geometría”? ¿Sería capaz de escribir ni un solo renglón? Malicioso, ya lo avisó.  Los humores de Greenspan y su colega Duisenberg han conseguido que caigan las bolsas, para que no pierda su hermosa costumbre de tiovivo. Lo sorprendente es el diagnóstico: “las principales economías del mundo se enfrentan a un horizonte lleno de riesgos e incertidumbres.” Desde que la especie ha puesto por escrito su visión de la realidad, o como se le quiera llamar a lo exterior a las personas, ¿cuántas veces no se habrá escrito que el horizonte está lleno de riesgos e incertidumbres? Parece pues que puede detectarse una continuidad dentro de lo real que, de establecerse sólidamente, ahorraría no pocas angustias y permitiría relativizar bastante la supuesta trascendencia decisiva de no pocos acontecimientos. Vuelta al caos, se titula la crónica bursátil. Pues ya está todo dicho.

domingo, 15 de noviembre de 2015

12-9-02

     Clonista ha elegido censurar la parte deportiva de la realidad, y bien sabe él que no es por su desafección al deporte, siendo un alegre fondista fondón, como lo es, y un modesto divulgador del maratón, sino porque esa realidad es un  par de anteojeras que reduce hasta el absurdo el campo vital de cualquiera. Con todo, la gran realidad de ayer en Cataluña, 11-S, uno de los tres 11-S, fue la derrota del Barça ante el Novelda, colista de Segunda B –denominación políticamente correcta de la antigua tercera división- en la Copa del Rey. Eso trae conmemorar derrotas, que al final todo se pega. Sorprende, tras la escasa atención al ridículo de la principal institución catalana, en comparación con anteriores informaciones sobre el culebrón ronaldino, el despliegue filousamericano del titular de El País, auténtica obviedad redundante, como es de rigor en la pseudoinformacion: “América no olvida.” La oportunidad es el fundamento de la realidad prensada. La actualidad es un concepto excesivamente laxo para competir con la oportunidad. Y el relieve es ya cosa de chiste, atreverse a siquiera a sugerirlo. Con esa avidez acaparadora de la sección, incrementada por la carrerilla previa con que la lanzaron hacia el día de ayer, ¿cómo va a extrañar que la sesión del Congreso en que el caudillito se puso firmes a las órdenes de Bush aparezca en las páginas de Internacional? Vale que todo está perfectamente indicado en el mapa y que resulta casi imposible perderse, pues ahí está la inevitable subsección Acoso a Sadam Husein –con esas cursivas que parecen órdenes cursadas o cursadoras de órdenes, tanto monta- para que nadie se extrañe de esa dislocación tempoespacial; pero sucede que, al final, la impresión de Clonista es que la realidad toda sólo tiene razón de ser en función del centro alrededor del cual traza su órbita obediente. Fleco intrascendente y anecdótico es que el hijo del anterior presidente argentino, De la Rúa, haya sido víctima de los secuestros express, de moda en el desesperado país. Y anuncio sujeto a ulteriores acontecimientos la convocatoria de elecciones presidenciales en la Palestina ocupada. El recuerdo de la tragedia gemelar le ha puesto sordina a la tragedia que siembra el fascismo terrorista de ETA, pero las turbulencias causadas por el proceso de ilegalización continúan. Un artículo de Rosa Díez vuelve a recordar lo que nadie puede ni debe olvidar, que no hay verdaderas libertades democráticas en las vascongadas, y que quienes las defienden están siendo vilmente acosados y exterminados. De nuevo lo obvio necesario se impone. ¿No es increíble la necesidad humana de que las cosas sean repetidas una y mil veces? ¡Qué sistemas de percepción tan defectuosos, los nuestros! Y aun a pesar de ello, o quizás debido a ello, la humanidad sigue su camino de dominación y destrucción del planeta. “Descubra América con AirEuropa”, reza la publicidad sobre una imagen de playa caribeña. Al lado, quienes quieren descubrir Europa, pero a través de la lamentable vía patera, son detenidos por la policía para ser expatriados. ¿No hubo una campaña publicitaria que rezaba –la publicidad es un sucedáneo de la religión, como no se le escapa a quien haya de padecerla- “España, país de contrastes”?  El santoral de la publicidad es tan extenso como el del catolicismo, o más, téngase en cuenta. Los amigos constitucionales del goppierno han designado al magistrado García Calvo, primo hermano ideológico y actitudinal del Fiscal del Goppierno, Cardenal, para exculpar a Ducesconi de las causas pendientes con la justicia española, que molestan al mandador como una mosca cojonera. Ya se verá si todo se queda o no en garZonada y estrambote tumular cervantino. Parte de la gran guerra del agua debe ser, seguramente, el que los responsables de la gestión del río Segura, “uno de los más degradados de Europa”, hayan sido acusados de “delito continuado contra el medio ambiente.” El 11-S global ocupa foto estelar incrustada en el 11-S particular. Y para buscar un resquicio mediático por donde aparecer, el ex senador Xirinacs lanza su xirinacada pseudoprovocativa, a ver si cae la breva de que alguien le persiga, aunque sea un poquitito. Entre religiosos anda el juego, ciertamente, y conviene tenerlo presente, para valorar dichos y hechos. Goiricelaia, la diputada de B midió más sus palabras laicas, sin embargo. Más tarde, los jóvenes entusiastas de la soberanía provocaron los alborotos de rigor para que hubiera las detenciones de rigor y todos cumplieran con los papeles de rigor antes de volver a casa para encender el altar donde oficiaba el Barça su oficio de difuntos. Lluís Llach da un paso al frente y le lanza un beso de apoyo paternal a Carod Rovira: emocionantísima la escena entre los viriles combatientes nacionales. ¿Por qué al clonista, arbitrariamente, se le mezcla la escena con secuencias no menos ardorosamente nacionales de Raza? Que las bolsas hubieran de subir coincidiendo con el aniversario del 11-S no estaba claro. Lo han hecho. ¿Es un mensaje? Clonista formula la pregunta siendo consciente de que lo hace contaminado por esa estupidez sociológica de que el electorado en su conjunto, cuando vota, emite un mensaje, lo cual es de una irracionalidad maravillosamente humana, pero ahí está, el pobre, amarradito a su circunstancia. ¿Cuánto tardarán en bajar? Si la Reserva Federal no es optimista, porque ve la economía usamericana estancadita, seguro que basta esa mueca de contrariedad greenspaniana para que haya, quizás no un derrumbe, pero sí la caída correspondiente. Continuará.
11-9-02

     ¡Que alguien le coja confesado, a Clonista! Tras más de una semana de cuenta atrás morbosa, llega el gran día del gran temor y el gran duelo, y la realidad prensada se viste de gala para darlo todo. La opción de El País es publicar un especial del The New York Times y continuar con el acaparamiento de la sección de Internacional, hasta tal punto que las pobres víctimas de las inundaciones en Francia apenas si han asomado la cabeza de sus cadáveres en el mapa mediático, cuando, cualquier otro día de hace quince hubieran sido primera noticia de portada. Las desigualdades de la realidad prensada son quizás más hirientes que las propias de la realidad. La noticia estelar, de consumo interno, es el anuncio de la subordinación cuartelera del goppierno a los dictados del jefe del Rancho global, y ahí se ha cuadrado el caudillito, con todo el bigote, “oiga usted”, para que nadie se llame a engaño de quién manda en Exteriores, que Palacio, contra la frase hecha, ha ido muy ligera dándole cancha a la diplomacia. Hoy, cosas del azar, la noticia de que las milicias de Arafat, Al Fatah, se comprometen a no atentar contra civiles ya no cae dentro del paraguas amplísimo de las consecuencias del 11-S. La noticia lleva la ilustracion de la razón por la que el israelí Barenboim, junto con Edward Said, ha recibido el premio Príncipe de Asturias de la Concordia: toca un concierto en un colegio de Ramala para un público exclusivamente palestino. El mandamás, que ya no mandatario, Uribe sigue su lucha particular dentro del poético-patético “estado de conmoción” en que ha sumido a su país, Colombia. La detención sin orden judicial y la creación de zonas militarizadas puede que no acaben con la guerrilla, pero, sumadas a otras medidas anteriores, van a darles el golpe de gracia a las libertades. Las relaciones entre la justicia y el poder político siempre son complicadas, porque los legisladores quieren escapar de las leyes que crean, como si fueran un colectivo de excepción. Ahí están las artimañas del PNV para que no desaparezca del Parlamento vascongado el grupo de B, que asegura su mayoría parlamentaria en caso de necesidad patriótica. La renuencia a cumplir las órdenes judiciales no tiene otro temor que el de quedarse con el culo parlamentario al aire y que ahí se las den todas, por supuesto, dada la minoría tridentina con que gobiernan. Clonista está dispuesto a aceptar que el PP haya querido hacer sangre electoral de la demencia política de Esquerra Republicana de Catalunya, tras conocerse la petición hecha a ETA para que deje de matar en la rinconación catalana; pero que el PSC salga en su defensa con tanto brío le parece una incongruencia de un calibre, también electoral, del que probablemente no serán conscientes hasta que no se expliquen qué ha salido mal en sus estrategias, incluso en el supuesto del triunfo, porque la abstención en Cataluña es el primer partido, y a bastante distancia del segundo, por cierto. La reacción de Esquerra, “una campaña contra Cataluña” –por cierto, y aunque sea rizar un rizo cominero, si el entrecomillado es transcripción literal, ¿no habrá dicho, Carod, campanya y envers y Catalunya?-, reflejo del pujolismo de antaño, en cuyo cortijo les hubiera encantado ser abnegados braceros de la patria, es un razonamiento político-mesiánico que va más allá de la demagogia para caer de lleno en la paranoia. Ante ejemplos tan desmesurados de la desviación política de la realidad, Zapatero acaba adquiriendo un valor encomiable con sus propuestas a ras de tierra. Garantizar por ley los debates electorales entre políticos cuya aspiración es entrar en un Parlamento parece de una lógica aplastante. Lo real, bien se sabe, es que un Parlamento sea un lugar donde se quiera tener la mayoría para acallar la voz del adversario, si no enemigo. Ese camino ha seguido Zaplana, al desestimar un proyecto de ley sobre los malos tratos contra las mujeres que apoyaba el resto de la Cámara pero que tenía un defecto insalvable: había sido presentado por el “principal partido de la oposicion.” El antropólogo Manuel Delgado halla su tribuna para despotricar del Folclórum 2004. Clonista, encantado de coincidir con el científico, suscribe sus palabras: “Demasiadas instituciones, demasiadas multinacionales y demasiado dinero para creer que el Fòrum pueda ser, como mucho, otra cosa que un gran parque temático al que se invitará a todo tipo de capitostes y gurús, y en que la diversidad humana será exhibida como un grandioso y amable show de luz y de color. Un circo.”  Pero con arroz. Habrá toneladas de arroz. Habrá que esperar a conocer los precios. En carta al Director, un lector se queja del olvido de otro 11-S, el derrocaciamiento de Allende. La comparación entre el valor de unos muertos y de otros está fuera de lugar, o mejor, de tiempo. En tanto que profesional del ramo que preside la consellera que subvenciona las escuelas de los ricos, los anuncios de reformas del calendario escolar hacen temblar a este Clonista desvalido y desvalorizado profesionalmente. La única aspiración popular es que las criaturas estén bajo responsabilidad pública el mayor número de días y de horas posibles. Se va camino de la escuela farmacéutica: 24 horas todos los días todo el año. Y suma y sigue. Permitásele una malicia inocente, a Clonista: “La enseñanza del español como segunda lengua avanza en Europa” y retrocede en España. Por fin encuentra Clonista una referencia a la realidad cultural que va más allá de la mercadotecnia que suele presidir ese espacio de lo real donde el camelo y lo chungo se llevan de muerte. Carles Santos, el inclasificable, estrena la ópera “Sama samaruck suck suck”. Clonista aún no sabe cómo llegó a formar parte de la ceremonia de apertura de los juegos olímpicos del 92, ni si lo hizo, como ya se dice vulgarmente, un clon en su nombre. Siempre al final del día se encuentra uno con la realidad de la billetera menguante y las amenazas contantes y sonantes. Ahora Zaplana suelta de nuevo en el ruedo airadobérico el bicho imposible y descomunal de la gestión privada en los servicios sociales, sobre todo el desempleo y las pensiones. Demasiado atrevimiento por parte de quien ha de gestionar el Decretazo, le parece a Clonista, y más aún a un paso del otoño que se anuncia inusualmente caliente. Si las relaciones entre políticos y jueces van como van, entre empresarios y auditores no es difícil de imaginar. Y la carne del oidor es débil, y amplio el bolsillo, parece. La de hoy es una realidad extraña, o la parte de ella que le toca al día de hoy, pues aún no sé cuál es el marco: si el tiempo de la realidad o la realidad del tiempo. Sea como sea, Clonista apura la clónica del día a las tantas de la noche, presa de un insomnio absoluto, violento, como hacía mucho tiempo que no lo conocía. Pues no acaba con muchos ánimos Clonista un 11-S que ya hace horas que pasó. Pero el retorno a la esclavitud laboral tiene esas cosas, y algunas más. Prohibido lloriquear.