sábado, 14 de noviembre de 2015

10-9-02

     De la primera plana de la realidad prensada se queda hoy Clonista con la parte de realidad que coincide con su hipótesis, que Ibarretxe confirma con claridad meridiana para que se enteren todos, por si había alguna duda. La teoría de Clonista es que el PNV no estaba dispuesto a abrir y librar una guerra civil a causa de ETA en las vascongadas. “No estoy dispuesto, como lehendakari, a que el objetivo de los vascos sea rompernos la cara en las calles” ha dicho Ibarretxe para justificar la pasividad de la policía frente a una manifestación ilegal en defensa de los asesinos de ETA. Resulta tan abominable, humana y políticamente, ese planteamiento como la petición de Esquerra Republicana a ETA, a través de B, de que deje de matar en Cataluña, ignorando deliberadamente el resto de España, sin duda porque su destino y la suerte de sus ciudadanos les son tan ajenos que, una niña más o una niña menos en Santa Pola, ¿qué más les puede dar, si en su rinconación, gracias a su intercesión servil, lamecular y babosa, no puede ocurrir? Francesc de Carreras ya escribió hace tiempo una reflexión sobre la política catalana en la que planteaba, con argumentos, no con el exabrupto de Clonista, qué coño hacían los socialistas catalanes buscando la compañía política de Esquerra Republicana, algo incomprensible para sus votantes. Clonista subscribe a distancia aquel análisis al que la realidad se ha encargado de avalar. Al lado de la realidad cercana, la allendepirenaica de la perla chiraquiana: “atacar Irak puede tener consecuencias trágicas.” La Montero podría haberla incluido en su columnita, donde recoge expresiones parecidas de Bush, como la famosa: “si no tenemos éxito, corremos el riesgo de fracasar.” El congreso de antropólogos pedía a sus miembros que se aplicaran a la labor de descubrir las estrategias de poder político y social que obran en nuestros días; que volvieran su vista analítica hacia el presente. Realmente no es un trabajo difícil. Bastaría con que se sumergieran en una clónica del estilo de la presente para llegar a conclusiones sustanciales. Clonista, dado su diletantismo, merodea más por los barrios de la anécdota, pero no deja de advertir esa lucha altisonante que se dirime en la realidad prensada: desde la propaganda casablanquista, con su “creciente movimiento internacional de apoyo” a un presidente que cada vez se queda más blairsolo; hasta la guerra de expertos que ora afirman que Irak no es un peligro, ora que está a punto de fabricar la bomba nuclear. No tiene desperdicio. Aunque es notorio sacrificio seguirla con la atención que deberían exigir las consecuencias trágicas que tendrá. Clonista sospecha que la sección 11-S, UN AÑO DESPUÉS se ha convertido en un desván donde cabe de todo. Bien poco ha sucedido en el mundo que, directa o indirectamente, no pueda relacionarse con el 11-S, se quiere decir. La afirmación de Arafat sobre su renuncia sin fecha al poder en Palestina es, para los creadores de la realidad prensada, consecuencia de aquellos hechos. La hermosa crónica de  Rosa Townsend sobre la campaña electoral, a la vieja usanza, de Janet Reno, una liberal americana que se enfrenta en primarias a un ricachón demócrata, parece un eco de películas clásicas como The Last Hurrah, por ejemplo, pero en versión demócrata. La sorpresa del atuendo de la político, una cazadora con los colores de la bandera usamericana, engaña a Clonista, pero no así la honda raíz liberal de la antigua ministra de justicia de Clinton, quien devolvió a Cuba con su padre al pequeño Elián, después vampirizado políticamente por el Gran Castrador de las libertades en Cuba. La democracia siempre plantea situaciones que no la dejan envejecer y acomodarse, con esa triste resignación que es señal de identidad de las dictaduras. El fascista Haider, todopoderoso señor de Carintia, rompe la coalición de gobierno y provoca un anticipo de las elecciones. Sus socios de coalición lo acusan de “querer gobernar y hacer oposición.” A Clonista le llama la atención que lo que en Austria provoca una crisis de gobierno, en España es el pan nuestro de cada día, y nadie parece espantarse, antes bien todo lo contrario. De hecho, la posición defensivopositora del PP y del goppierno pueden llevar a muchos a la conclusión de que Zapatero lleva seis años gobernando. El debate sobre la ilegaliZación de Batasuna se abre a otros puntos de vista. La realidad del día incluye el extenso punto de vista de Gómez-Benitez, quien escribe su artículo para oponerse directa y personalmente a Javier Pérez Royo, tanto a sus tesis como a su persona, pues no de otro modo puede entenderse que Benítez haga un evidente juicio de intenciones –recurso de escasa base jurídica- al juzgar que la posición de Royo “solo puede entenderse como fruto de su enemistad con el magistrado.” Antes, no obstante, el catedrático carlostercerino hace una afirmación que no puede dejar de sorprender: “Javier Pérez Royo está basando toda su estrategia de descalificación pública del magistrado Baltasar Garzón y de su actuación en la más elemental ignorancia de estos y otros nuchos datos contenidos en su auto.” ¿Querrá decir que Pérez Royo se ha lanzado a la diatriba sin siquiera haberse leído el auto? ¿Querrá decir que Pérez Royo no entiende el auto? Clonista ni quita ni pone rey, y al final alguien habrá de sustanciar la causa (¿o no se dice así?) y acertar o equivocarse en la sentencia correspondiente, pero los argumentos de Benítez tienen endebleces que chirrían, la verdad del lego sea dicha. La realidad de la violencia es, muchas veces, equiparable a la violencia de la realidad, pero no es el momento de entrar en disquisiciones de esa naturaleza. El periodista se ha agarrado al hombre que muerde al perro y el titular desfigura dos historias que coinciden, para su desgracia, en el absurdo del mismo: “un hombre mata a su hermano en Mazagón de un disparo tras discutir por el mando de la televisión.” Si a sus 39 y 33 años “se llevaban mal y las discusiones a gritos eran frecuentes entre ellos”, como han testimoniado sus vecinos, ¿a qué lo del mando? Así se prensa la realidad, también. Como se prensa, anónimamente, en la redacción de la noticia sobre el manifiesto de apoyo a Josefina Albert, quien fue represaliada profesionalmente por el rector Arolas a causa de haber permitido ejercer el derecho que, a juicio de Albert, tenían los estudiantes de la selectividad a recibir los exámenes en castellano, derecho que la universidad presidida por el rector Arolas impedía ejercer. El manifiesto se le presenta al lector como un escrito avalado por Savater, Rosa Díez, Nicolás Redondo, Carlos Totorika, Vidal-Quadras, etc. “en contra del nacionalismo catalán y en solidaridad con Josefina Albert.” La cursiva la pone Clonista para escarmiento absurdo de quien fue tan burdo redactor y para que se vea más claramente, aunque sea una redundancia, la capacidad de manipulación a que está sujeta la realidad. ¡Qué capacidad tan inmensa la de la modernidad para integrar la heterodoxia! Se les da una sala de actos, se les organiza un Congresito, se les pone un rotulín, Artes de calle, en este caso, y ¡hala!, ya tienen el pasaporte en regla, carta de naturaleza, libro de familia, carnet de identidad y, según, cómo y dónde, abono para el Liceo y asiento en el palco del Barça. Lo más parecido, en resumidas cuentas, a esa contraditio in adjecto carrozante que es un “Carnaval municipal”. Les pasará desapercibido a muchos amantes de descubrir la realidad, como Clonista, sea prensada o no, la noticia sobre los cambios que sufrirá la contabilidad de las empresas, cambios que se han vuelto imprescindibles tras los escándalos contables –pero nada literarios– ocurridos en las empresas usamericanas. Los objetivos, ¡atención!, son “dar una imagen más real de las empresas.” Una imagen, en todo caso; en ninguno algo sustancial. Al fin y al cabo es el valor de las empresas lo que se ha de dar a conocer, y el vulgarísimo precio de mercado que ahora se exigirá siempre luchará contra el pedigrí del valor histórico que regía hasta ahora. British Energy, por ejemplo, se ha salvado de la quiebra porque papáblair ha acudido con 650 millones de euros a rescatarla de las garras del mercado y sus caprichos, renacionalizándola. ¿La UE no tiene nada que decir? Los sindicatos sí. Para ellos, empresas de sectores básicos para la buena marcha del país no pueden estar al albur de la ruleta de la Bolsa. La privatización implica, casi forzosamente, deterioro del servicio, porque el mantenimiento no genera beneficio, como ahora ocurre en Inglaterra con Railtrack, y como ya ocurre en España con el suministro eléctrico y los famosos apagones, sobre todo en tiempos de nevadas, que dan más “calor de hogar”.

jueves, 12 de noviembre de 2015

9-9-02

     Parece que Bush anduviera con prisas bélicas locas para hacer coincidir su ataque a Irak con el 11-S, caiga quien caiga, para decirles a sus compatriotas que donde las dan las toman. Los datos que avalarían los bombardeos serían “erróneos”, según la realidad prensada, e incluso la Casa Blanca habría reconocido que los que usa Bush son de segunda mano, a falta de pruebas actuales contundentes. Un mandatario usamericano alardea de que nadie tiene más ni mejor información que ellos para tomar la decisión de un ataque. Ahí está el núcleo del asunto: quién es quien sabe, el qué, y cómo y dónde. Después de haber desistido de crear su propia Agencia de Desinformación, no cae dentro de lo inverosímil el amaño informativo, por burdo que sea. ¿Acaso no se llena de demagogia el caudillito la boca, en la columna de al lado, cuando alardea de que “vamos a barrer de las calles a los pequeños delincuentes”, mientras se calla que es para alfombrárselas a los grandes? Mayor coherencia de portada advierte Clonista en la permisividad del PNV hacia los manifestantes  que marchaban a favor de los presos vascos. Les han organizado, desde el poder central, la guerra civil que ellos llevan evitando años y  no están por la labor de partir con el hacha del odio un mundo tan bien organizado entre los apocalípticos y los integrados, todos ellos redentores, sin embargo. Madrazo, el coordinador de IU en las vascongadas, quien representa en ese drama rural el papel poco agradecido de comparsa para todo,  se ufana de la capacidad de flexibilidad de las fuerzas policiales vascongadas, quienes evitaron, mediante ella, la violencia que se hubiera producido. Ahora bien, tanta flexibilidad con los matones, ¿quiénes la sufren? Zapatero sigue yendo a lo suyo, que son las propuestas, y ahora saca su proyecto de constitución europea, con regiones autónomas más poderosas y, en definitiva, una Europa más fuerte. Claro que hay fortalezas y fortalezas, pero esa coincidencia con los conservadores europeos no augura nada inteligible para el común de los mortales de izquierdas, si aún existen unos y las otras. La reiteración hasta la saciedad de lo obvio produce en Clonista una insatisfacción y una desazón infinitas. Lo real es aquello que logra afirmarse, contra la resistencia social, a pesar de su obviedad intrínseca. Que Palacio eleve a realidad prensada la obviedad de que España no hablará con Marruecos sobre Ceuta y Melilla, acaba desfigurando ambas realidades e introduciendo notables sospechas de que tanto una como otra se nos han escapado de las manos y nos han dejado huérfanos, aislados en el mar borrascoso de las incertidumbres y los desasosiegos. Junto a la efigie dominadora del caudillito en el acto donde hizo su chistecito musical –si con lo del Tireless fue el submarino amarillo de los Beatles, ahora, con la inseguridad ciudadana, es la famosa escoba de los Sirex-, un discípulo valenciano, el alcalde de Castellón, se lanza al ruedo y, amparado en el ejemplo presidencial, da los tres vivas de rigor a Franco, el “español hasta la médula”, en un libro patrocinado con los dineros públicos del ayuntamiento. Cuando Clonista pisa los terrenos de Sociedad puede encontrarse con lo inverosímil, porque es de casi obligado cumplimiento hallar realidades que, una vez prensadas, sean capaces de seguir manteniendo el interés –muy a menudo morboso- de los lectores. Ahora bien, que formen parte de la crónica política, en la sección España, las apuestas ilegales organizadas por ecuatorianos en relación con los partidos de balonvolea que celebran en la Casa de Campo a tal fin resulta no poco chocante. A Clonista le parece que, a pesar de las apuestas, el asunto no deja de tener una perspectiva atlética encomiable. ¿O es que el PAMDB ha notado un levísimo descenso en sus ingresos? En Sociedad, sin embargo, aparece la petición formulada por asociaciones de divorciadas y juristas al goppierno para que éste cree un fondo que abone las pensiones impagadas y reclame después judicialmente esas cantidades a los estafadores machistas. La realidad jurídica de esas situaciones es tan grotesca como la de los delitos cometidos al volante, homicidios incluidos. Según se recoge en la noticia, el impago de la pensión está menos castigado que el simple hurto. Más no se puede pedir de la animadversión prensada hacia un ridículo Mas de sainete, inaugurando a diestro y siniestro, haya o no presupuesto para lo previsto y que a lo peor no se verá nunca: encarna lo peor de la política, sin duda, que no el peaje vulgar que buena parte de los políticos profesionales cree que ha de pagar cada cuatro años. La tradicional Fira de Tàrrega se queda sin Director porque le escatiman la dedicación a tiempo total. Normal. ¿Pero eso de la cultura no se hace por amor al arte?, piensa la mayoría de los administradores del erario público, cuando no se trata de las “primeras figuras”, porque entonces los presupuestos se convierten, sin haber ido aún más allá, en cómodos flotatsdores donde los patrocinadores políticos se mecenan a su gusto. No es extraño que lo más real de la realidad prensada esté al final y tenga, además, ese aire de solemnidad envarada que lo hace antipático al lector humanista poco inclinado a la contabilidad y sí mucho a los buenos cuentos. La revelación del día, que viene de semanas atrás, sin embargo, es la constatación de que la liberalización eléctrica ha supuesto un fracaso: la competencia al duopolio cada vez contrata menos, y cuando se le abra el melón de las familias y el de las pymes, seguirá igual, porque sus tarifas serían superiores a las que ahora mismo se pagan. En este país hay un concepto muy particular de la competencia. La prueba la ha dado el goppierno al prestarle tantísima atención a ese triste tribunal sobre la competencia vacío de competencias, de poder y del que ni se sabe si aún está en activo, porque igual ha desaparecido, dada su inutilidad manifiesta. La realidad es siempre un obstáculo que se ha de superar, un reto. Ahí está ese talludito militar frances, 62 años, Michel Fournier, ex paracaidista,  que lo ha dejado todo para dedicarse en cuerpo, alma y presupuesto al único salto que le dará sentido a su vida: desde 40 km de alto. No se trata solo de un nuevo record Guiness, esa banalización de uno de los fundamentos de la especie, sino de una verdadera aventura que implica, como es imprescindible, el riesgo de perder la propia vida. A diferencia del paracaidista, Clonista, que tacha de aventura su travesía clónica, no corre el riesgo de perder la vida, sino de no recobrarla, porque su aventura ha consistido en perderla desde el primer día en que, sin siquiera despedirse de sí mismo ni de sus allegados, se abandonó para sumergirse en la realidad prensada. Ya veremos cómo acaba el invento.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

8-9-02

     Hoy, domingo, ese día de realidad suspendida, detenida en el marco de la reflexión que parece fijarla como a una mariposa contra el fieltro, bien limitada es la cosecha de Clonista, algo cansado del largo aliento de tanta entrevista y reportaje que dan vueltas y vueltas sobre lo divino y lo humano sin acabar cazando presa alible alguna. Por eso es el día ideal para lanzar una campaña de ventas disfrazada de invitación a la lectura. ¿Cómo va a invitar a la lectura la lectura de los clásicos? El lector silente y solitario, ¿qué prestigio social tiene? Se trata de un ser extraño, nada divertido, y contrario, si cabe, a tanta diversión como trivializa lo real, incluso la contenida en la realidad prensada, que no es poca. Un lector, un auténtico lector, incomoda, desasosiega, inquieta, descoloca. ¿Desde qué absurda ingenuidad se pretende, pues, reproducir el modelo? En la redacción de EL PAIS, tan extraño como Telefonica, aunque quizás más icónico, vaya una cosa por la otra, han descubierto el entretenimiento de los titulejos y ya no hay quien los pare: Acoso a Irak es la nueva carpeta abierta en la ventana prensada. A ella se asoma Colin Powell quien, desde una entradilla coja advierte que “inculpar a jóvenes de EE UU en el TPI ‘va contra nuestras más firmes convicciones’” Como son tantas esas convicciones, Clonista ha tenido que buscarlas en la entrevista. Como temía, esas convicciones se refieren a “la preeminencia de nuestra Constitución.” Lo que implica el rechazo de cualquier jurisdicción penal que no sea la usamericana, claro. Si el polifacetismo de la realidad es casi su razón de ser, la sección Debate incluye un par de análisis cuyos títulos no pueden ser más explícitos, siempre acerca del 11-S, por descontado: Todo es diferente y Nada ha cambiado. No puede pedirse más, desde luego. Con la apertura de todos los cursos habidos y por haber –menos los de Opening, parece-, se inicia la avalancha de propuestas cuya intención propagandística no oculta la necesidad real de una atención política. La atención personal a los parados, propuesta por el PSOE, supone, como primera medida, la creación de 16.000 nuevos funcionarios, lo cual, al margen de los parados que puedan colocar, ya constituyen un número apreciable de nuevos empleos, sin duda. La información sobre las vascongadas incluye un episodio de la formación de los nuevos etarras que le recuerda a Clonista aquella escalofriante película de Gutiérrez Aragón, Camada negra. Captados desde los 13 años, todos siguen un mismo proceso de iniciación: se les cita, se les pone en la mano un par de cócteles molotov, una capucha en la cabeza y acaban la jornada terropatriótica emborrachándose en una herriko taberna mientras comentan su hazaña. Ejemplar... A Clonista, de los muchos artículos bazariegos del domingo, residuo anual de agosto, le ha parecido que el reportaje Impunidad al volante pone de relieve la escasa atención pública hacia una práctica homicida que tiene mucha relación con la posesión de perros peligrosos en manos de amos más peligrosos que ellos en muchas ocasiones. Que la ley permita, como dice el subtítulo del reportaje, que “un conductor ebrio, sin carné ni seguro y que causa heridas siga en la calle” es realidad que no cae dentro de las grandes realidades macropolíticas o macroeconómicas, pero cuya incidencia en la vida cotidiana es más que notable: padecible. Clonista, que se empeña en cruzar la calle por un paso con semáforo intermitente, en dura pugna con los coches que no ceden el paso ni menguan la velocidad al acercarse, y que lleva más sustos en el cuerpo que reveses mediáticos la antigua primera autoridad sanitaria del país, sabe muy bien de lo que habla. La secta de los antropólogos despide su congreso con dos ataques previsibles: contra la política de inmigración y contra el Folclórum 2004. Pues eso. La afición de Clonista a las Cartas al Director le permite descubrir la bula que parece poseer Salvador López Arnal para que le publiquen día sí y al otro también y en muchas ocasiones por partida doble, como hoy, en la sección propiamente dicha, y en su variante autonómica. ¿De verdad tienen tan pocos corresponsales como para no percatarse de ese trato de favor? Y ello independientemente de las casi siempre atinadas razones expuestas por el señor Arnal, desde luego? Barcelona resulta premiada por “el aspecto amable de la arquitectura que se hace en Barcelona”, reza el titular. Se ve que el alcalde no trabaja en una obra de ese tipo de arquitectura. Clonista, que trabaja en un edificio histórico rehabilitado, también sabe de lo que habla cuando denuncia la escasísima amabilidad de un edificio que parece pensado para amargarles la vida a sus inquilinos. Al gociuerno no le salen bien los negocios. La guerra del agua ha forzado a la instalación de desaladoras. Ahora bien, una cosa es remediar la carencia de agua potable, y otra hacer negocio, que es lo que pretenden las autoridades catalanas con su desaladora. Otro episodio, en definitiva, de la guerra del agua que poco a poco irá convirtiéndose en el epicentro de la actualidad política y social española. Muy cerca de ese negocio frustrado, porque los alcaldes no les compran el agua a los negociantes sin pizca de sal, se redondea la actitud miserable de la administración catalana cuando se lee que han decidido escatimar presupuesto en la comida de los presidiarios para pagar jornales a quienes entre ellos realizan tareas laborales en las prisiones. ¡Se ahorrará sobre los 3’94 euros destinados a la alimentación diaria de cada prisionero! Publicar un reportaje sobre la “corrupción y nepotismo en Palestina” a dos páginas es una decisión higiénica para escapar de ser tildados de propalestinos y bailarle un poco el agua a los sionistas, pero parecería más congruente si un artículo así iniciara una serie: corrupción y nepotismo en Cataluña; corrupción y nepotismo en Francia, en Italia, en Marruecos, en Israel, etc. Reunidos los ministros económicos de la UE, su primera decisión ha sido suspender la “guerra” contra el secreto bancario suizo. No verá Clonista, así pues, el alzamiento de ese secreto que esconde tantos delitos contra la humanidad. Mafiosconi, que ya posee tres cadenas de televisión, pone en venta la RAI. Adivina, adivinanza... Los intereses mediáticos modifican incluso las conmemoraciones. Hoy, día 8, se ve que, por ser domingo, va mejor dedicar el día al recuerdo del 11-S. Y a ello están dedicados los medios con su habitual despliegue en estos casos. Que el 11-S -¡qué distinto del once ese que ha oído Clonista en la radio!- caiga en miércoles supone, al parecer, un eco mediático de baja intensidad. Es decir, poca audiencia para la publicidad. Con “la próxima semana, hablaremos del gobierno” se despedían Tip y Coll en el pretérito imperfecto, y algo así habría de rescatar Clonista para, sin hablar de ella, recordar su papel determinante. El de la publicidad, por supuesto.

martes, 10 de noviembre de 2015

7-9-02

     Último día de playa del año, con Terencia y los Horth, en la realidad de una cala costabravense donde la realidad laboral por venir ha iniciado su invasión sutil pero contundente. Recibir las órdenes de la realidad prensada sobre la arena ha amortiguado no poco su habitual desconsideración, e incluso le ha permitido a Clonista compartirla, lo que, ahora que cae en ello, casi nunca ha hecho a lo largo de esta aventura, salvo con su oíslo. Sigue siendo extraña e inescrutable, no solo la realidad, sino nuestras relaciones con ella, con la prensada y con la otra, se halle donde se halle. Parece más que probable que la identidad sea un concepto no muy alejado de la pesquisa de Clonista, y que quizás, de algún complicado modo, se fragüe en ella, pero no es el momento de inplicar, sino de explicar el mapa verbal que quiere ser reconocido como lo real-en-sí, aun cuando en su rectángulo se confundan personajes, trama y decorados y toda la obra sea el delirio de unos guionistas descerebrados que se ignoran unos a otros e incluso compiten entre sí para rizar cuanto rizo venga o no a colación, hábito enraizado en ellos y del que son el fruto borde. Anunciada como la buena nueva de la primera cruzada del presente siglo, Corablair de León vuela a ofrecer la sangre de sus cruzados para mayor gloria del imperio cristocapitalista, que no es errata de criptocapitalista, obviamente, ¡faltaría más! Y mientras el mundo tiembla ante los raids aéreos inminentes, la controlada Irak ha recibido ya bombardeos usamericanos sobre posiciones antiaéreas que se han aventurado más allá del estrecho territorio en que se les ha dejado creerse la gran esperanza árabe para derrotar al infiel. Sin caer dentro de la sección 11-S, un año después, se recoge una realidad que dice bastante poco de los criterios racionales que suelen adoptarse para resolver según qué aspectos de la misma -¡qué impropiedad tan chusca:  la misma!-: El Senado usamericano aprueba que los pilotos lleven armas. Los directores de las compañías aéreas lanzan la paradoja y esconden la mano de la petición de ayudas gubernamentales para sobrevivir a futuros atentados con suicidas aéreos: “mientras gastamos literalmente miles de millones de dólares para impedir que haya armas en los aviones, la idea de introducir intencionalmente armas letales en el sistema parece peligrosamente contraproducente.” ¿No es hermoso el razonamiento? De ayer se arrastra el desenlace de la condena por el caso del padre asesinado, bien por sus hijos, bien por el amante fontanero de uno de ellos. Los hijos, menores de edad, han sido condenados ¡a prisión perpetua! Bien cuidados, pues, pueden estar encerrados unos 70 años o más. Si se descuidan, que será lo más probable, ¿quién lo sabe? He ahí una monstruosa carnaza para antropólogos, psicólogos, sociólogos y cuantos logistas se quieran sumar al impío banquete. La paz de los muertos, que nunca ha respetado la especie humana, vuelve a violarse al desenterrar  más de 2000 cadáveres del ejército napoleónico que sucumbieron al frío lituano –entonces ruso- en Vilna, en 1812. Como los historiadores calculan que murieron unos 40.000, aún los exhumadores tienen trabajo para años. Del ejército de mercenarios se conocerán, dentro de poco, datos utilísimos para seguir escribiendo la loca historia de la humanidad, anuncian los expertos. Clonista siempre se acerca, al llegar a la opinión prensada, a la sección de Cartas al Director, pues el instinto gregario le puede y no se encuentra a disgusto con sus congéneres y corresponsales. De la carga de la brigada apesadumbrada contra la exhibición nacionalcatólica del caudillito, Clonista solo ha tenido ojos para la desilusión de José María Redondo, quien creyó, y lo mismo le pasó a Clonista, que su vendedor de periódicos le había gastado una broma y le había dado otro por El País, después de 26 años de comprar y leer siempre el mismo. ¡Y qué peligrosa es la desilusión! Sobre todo para los verdaderos ilusos, que no son tantos como se cree: abunda, como los delincuentes de cuello blanco, la retorcida especie de los falsos ilusos. Monterroso ya escribió, por ejemplo, apercibiendo al lector contra los falsos solemnes, por ejemplo. Avieso ilusionista de pacotilla es Arzalluz, sin ir más allá, cuando quiere convencer a sus convencidos seguidores de que las vascongadas están viviendo un “estado de excepción de hecho.” Hermann Tertsch sí que va “Allende el espejo” y lanza una diatriba convincente contra la buena conciencia nacionalista de que allá, en aras de la soberanía política, estaba poco menos que justificada la intimidación, la agresión y el asesinato o, como él dice, “todo parece indicar que se ha acabado la larga fiesta de la impunidad del pim pam pum.” Que la realidad es poliédrica es indudable, que los razonamientos –si así se les puede llamar sin faltar severamente a la propiedad del concepto- de Arzalluz son ariéticos, no lo es menos. Si el razonamiento de los directores de las compañías aéreas tenía cierta hermosura proposicional –frente a la desproporción de las esquinadas visceralidades arzallucianas-, el de los juristas que se oponen a los planes del goppierno tiene todo el aire de lo implacable: “Un español que cometa una agresión sexual se enfrenta a una pena de entre uno y cuatro años de prisión. En cambio, un extranjero en situación irregular que perpetre el mismo delito será expulsado a su país, donde quedará en libertad.” Pues seguirán en ello, claro está. Nada arredra al goppierno, ni la certeza de que gobierna a redropelo. La testarudez -¡qué apropiada, de nuevo, la errata pulsacional: testadurez!-, que en el caso de este goppierno, definitivamente errático, puede calificarse de testuzdurez, ateniéndonos al antropológico aforismo machadiano, diríase que es rasgo antropológicamente definitorio de lo español (lo cual, con tantas autoexclusiones regionales, cae ya del lado de las minorías en vías de extinción), pero el caudillito lo ha elevado a rasgo identitario político, tan ariético –inintelectualmente- como el de su extremo vascongado. Las realidades encuestadizas tienen todas ellas un inequívoco aire de familia. El último despropósito se reviste con la túnica laudatoria y nos convoca a la celebración religiosoepifánica sin darse cuenta de que el escéptico mundo plebeyo se limitará a rezar una oración por el alma de la verdad fallecida bajo sus pliegues. La ESO ha hecho retroceder el fracaso escolar 13’4 puntos en diez años. Que la dejen sola, pues, que de aquí a nada volveremos a tener otra brillante generación como la republicana, segunda -¿y definitiva?- edición. La tentación lingüística de Clonista, que es huida lúdica de la determinación del verbo prensado, no puede pasar de largo por el incendio que ha destruido la iglesia más antigua del Brasil, de 1732, ofrendada a Nuestra Señora del Rosario de Pirenópolis. Las falsas estimologías también han contribuido lo suyo a la creación lingüística, como es bien sabido, y si un pionero puede ser el burdo cruce de pionero y misionero, ¿por qué un incendio en esa iglesia no habrá sido el destino fatal de una virgen de Pireno, Pirineos, pirómano, pira... y así hasta la ceniza final? Son cada vez más frecuentes las noticias que recogen esa faceta del esclavismo que reniega de la solidaridad de los desposeídos, aunque quizás nunca la haya afirmado con anterioridad y el concepto sea un reflejo del voluntarioso y ajadito roussonismo inconsciente de Clonista. Trágico destino, sin duda, el que los inmigrantes hayan de defenderse en primer lugar de sus compatriotas, antes que de sus explotadores. Montalbán, tan orwelliano él, llegaría a la conclusión de que esos traficantes de esclavos están pagados por las patronales de aquí para que luego les parezcan una bendición sus misérrimas condiciones de trabajo, el propio trabajo y la limosna, pues que ni a salario llega. Realidad y de la buena, que no es otra que la que habla por sí sola, sin intermediarios –si es que esto tiene algún  sentido, que Clonista cree que no, pues más le parece un fleco verborreico que otra cosa-, es la importación de un cura rumano para que atienda a los rumanos leridanos. La crisis de vocaciones –de la que Clonista lleva oyendo hablar desde finales de los años sesenta- anuncia, además, la llegada inminente de novicios colombianos. ¿Cómo se quejan, después, los profhéroesores de catalán de que no avance el uso social del catalán? Ay, la realidad, la realidad. “Leemos mal en el mundo y después decimos que nos engaña”, decía Tagore. Valga mundo por realidad y elévese. Quien no ha leído mal ha sido Clonista, cuando ha hallado esa perla de provado valor en el titular del cronista Pere Lobato: “Las intensas lluvias de agosto provarán un descenso en la calidad de la uva en la Denominación Penedès.” Habrá responsables, y hasta fagosílabos, sin duda, pero cabe la duda en un socavón tan evidente. Alegra a Clonista sobremanera la determinación Ueuropea de represaliar a Suiza si no pone fin a su política de secreto bancario. ¿Lo verá Clonista? ¿Cuánta sangre hay detrás de esos depósitos bancarios? La historia más siniestra de la humanidad se esconde en esas cámaras acorazadas. Contrapeso de todo lo anterior, y realidad pelín esteticista, sin por ello dejar de ser eticista, a su manera, ha sido Road to Perdition (mal traducida, moralmente, como Camino a la perdición), de Sam Mendes, una película de gansters y de relaciones paternofiliales complejas. Hanks representa el papel de asesino sobrio y profesional, que no desea un futuro como su presente para su hijo, y Paul Newman cumple con maestría su papel de villano escindido entre el amor a la propia sangre y al verdadero hijo, el adoptivo, Hanks. 

lunes, 9 de noviembre de 2015

6-9-02

     Se le ha ocurrido a Clonista que una clónica supone un cierto tipo de relación  sexual con la realidad. Y ello viene a cuento de la poca excitación que experimenta, tan a menudo, cuando se pavonea ante él la realidad prensada, dispuesta a seducirlo. Del idilio inicial que supuso el alumbramiento de la idea ha pasado Clonista a una suerte de tediosa monotonía que, como es bien sabido, tiene unos efectos devastadores sobre la libido. Ni siquiera lo esperado-temido-anunciado-y-perversamente-deseado, la reaparición destructora de Al Qaeda, que ha matado indiscriminadamente en un bazar y lo ha intentado selectivamente contra el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, anima la desengañada desgana pesquisidora de Clonista. La realidad tiene tanto de amante aburrida y multiocupada que se le hace muy cuesta arriba a Clonista sentir el gozo esperanzado del encuentro que no acaba de producirse nunca. Solana y Palacio sueltan cuerda para darle una oportunidad a la diplomacia mientras Blair le saca brillo a los cañones y Schröder se inhibe despechado. ¿Qué estímulos puede tener Clonista cuando lee que el Papa presiona para que la futura constitución europea mencione el papel del cristianismo? ¿Y qué papel?  ¿El de la Inquisición? ¡Ah, el reparto de papeles! Por ahí se abren las crisis de todas las compañías estables, ciertamente. Algo más estimulante es el relato de los dos juicios que se celebran en Pensacola (Florida) por un mismo asesinato. Dos hijos han sido acusados de matar a golpes a su padre. Se retractaron y acusaron a un fontanero que era amante del más pequeño de ellos, de 13 años. Ahora han de decidir quién o quiénes cometieron el asesinato. El mayor de los hermanos fue descrito por el defensor del fontanero como “un psicópata funcionalmente huérfano con un largo historial de piromanía y conducta antisocial.” Una historia, pues, típicamente usamericana que podría tener su traslado cinematográfico en el cine independiente, por supuesto. El goppierno sigue su campaña para endurecer las medidas contra la emigración irregular. Ahora les toca el turno a los delincuentes sin papeles que sean condenados a penas menores de 5 años, los cuales serán expulsados sin mayores miramientos, y sin acabar sus condenas, por supuesto. La vía penal de residencia, pues, queda bloqueada. Clonista observa una proliferación de disposiciones legales y una perversa predisposición al incumplimiento permanente de todas ellas. Por otro lado, ¿qué libido realista pueden excitar las futuras candidaturas de Aguirre y de Matas? Y de la bodísima, que tenía más de esponsales  monásticos que de otra cosa, a juzgar por la beatitud de los contrayentes, ¿para qué hablar? El País, con todo, es capaz de sorprender a sus seguidores y a sus detractores. Resulta inexplicable el despliegue fotholagráfico y la generosidad espacial, por más que se le haya dejado a Karmentxu Marín una oportunidad marujatorresiana que ha desaprovechado lamentablemente. De hecho, ni siquiera ha caído en el chistezón fácil de que, en la intimidad, aparte de hablarse en catalán, que es la segunda lengua de la familia Aznar-Botella, Ana le llamará Aleg.  No ha sucedido lo mismo –y discúlpesele a Clonista la comparación implícita y absurda- con el comenrototario a la bodísima: “Esas bodas donde realmente quedan bien es en el Valle de los Caídos.” ¿Por qué será que todos ponemos el dedo en la misma llaga caudillista? Por algo será, sin duda, e incluso sin ningún género de duda. Más del lado del tedio de la monotonía cae la ppugna  parlamentaria por no ceder ante la opsoesición y pretender que ésta retire su proyecto de ley sobre los malos tratos a las mujeres, máxime cuando las propuestas del goppierno van a ser un calco de las ya presentadas por el PSOE. En el generoso espacio de propaganda de los espectáculos, más próximos al entretenimiento que al arte, se anuncia la obra “Confesiones del pene”, con que se reinaugurará por enésima vez el teatro Goya, de larga y dispersa andadura teatral. Si hubo una “Garganta Profunda”, ¿por qué no va a haber un Flautín Abismal? ¡Con qué rapidez la transgresión se convierte en ñoñería conventual! Cuando se domina el arte lírico del elogio cinematográfico como lo hace el popecrítico y puntihuerolloso A.F.-S., a Clonista se le levanta la sospecha que es un contento, de lo cual no se queja, porque actúa casi de forma compensatoria. Más propio de lo real, prensado o no, es el artificio contable del goppierno para convencer al incrédulo paisanaje de que donde dijo subida dice bajada y que menudo favor tarifario telefónico que se le hace al país. Y todos tan contentos. Lo que Clonista no se explica es cómo cayendo tanto del lado de la ficción contable lo económico resulte un material narrativo tan árido y poco atractivo. Demasiada realidad, seguramente. Mínima libido, indudablemente.
5-9-02

     De nuevo al pie de la obra inacabable. Bien pudiera ser que tras tanto andar, yendo y viniendo, por terrenos irreductibles al lenguaje cartográfico, Clonista acabe más perdido de lo que ya lo estaba cuando empezó su inquietante aventura. No habrán pasado ni seis horas desde que salió de una realidad a la que ahora esta del momento se anilla para seguir formando esa especie de penelopiana cota de malla impenetrable que separa lo real de su expresión. El cansancio, que va adquiriendo nieveles de tedio –de nuevo la errata tecleadora acierta con la expresión propia, porque ese tedio tiene un frío de nieve remota, inhollada-, le vuelve bien difícil la tarea a Clonista. Tanto que, el día menos pensado, le volverá la espalda a la realidad prensada del día y se limitará a narrar una realidad quizás tan extraña como la prensada, porque, como andaba reflexionando hoy, quizás no todas las vidas sean novelables, pero no hay vida que no sea  en sí misma una novela. O quizás sea al revés. Tanto da. De la tela cortada para hoy, han destacado con gran relieve la intención de la derecha europea de redactar una constitución, proyecto, impulsado por Ducesconi, que lleva por título: “Una Constitución para una Europa fuerte”. Lo del hombre fuerte, la dama de hierro y la mano dura debe ser algo que bulle en los genes derechistas, sin duda. Aunque a la reunión asistirán líderes derechistas, se echa de menos a Blair, tan amigo de Ducesconi y del caudillito. Debe ser que la política  tiene estrategias dificilísimas de entender incluso por los antropólogos, que han sentado sus reales en Barcelona y se animan unos a otros a descubrir esas estrategias que lo son de dominación, además de seguir acusando al Fórum de Folclórum, lo que alivia la soledad opositora de Clonista y le refuerza intelectual y moralmente, pues desde que aludió a la bienintencionada maragallada publicitaria probarcelona, lo ha hecho siempre destacando el absurdo de una convocatoria sin pies ni cabeza, pero con un inmenso presupuesto que llenará los bolsillos de muchos, especuladores, pesebristas y arribistas  de toda laya y condición. ¿No es insultante que Sharon vea que hay una posibilidad de acuerdo con los palestinos, “una vez que estos han visto que no alcanzarán nada a través del terrorismo”, es decir, una vez que los ha masacrado? Esas bofetadas de la realidad son constantes y ante ellas ni siquiera cabe ofrecer la otra mejilla, porque ella misma se encarga de volverte la cara para, en la página siguiente o en otra cercana, seguir dándote lo que a buen seguro no te mereces. ¡Y cuidadito con quejarte! El editorialista de El País se ha visto casi obligado a hacer un juego de palabras para criticar la política inmigratoria del goppierno: Fuerte desventura, titula su alegato. Clonista casi se siente autorizado para sus continuas incursiones lúdicolingüísticas, una suerte de consuelo, de alivio, ante la extrema dureza de su tarea. Las cifras de ayer daban un reparto de dos metros cuadrados por inquilino en el centro de retención, de internamiento o de concentración, escójase en función de la animadversión contra las políticas del goppierno, lo cual supera con mucho el amable concepto de “hacinamiento” empleado por el redactor Tomás Bárbulo, de quijotesco nombre. El cierre de una frontera entre Marruecos y España, en Ceuta, la de Benzú, amenaza con cortar un matuteo que mueve 600 millones de euros anuales. Clonista, filólogo de baratillo, no sabe si destaca la información por el enrarecimiento progresivo de las relaciones hispano-marroquíes o por la aparición de ese hermoso vocablo cursivado, que parece insertado por Francesc Arroyo casi de matute, propiamente. El victimismo pujolista sigue pujante y desde él arremete contra el goppierno, diciendo que gestiona mal “adrede” el aeropuerto, sin duda para hundir su cortijo, seguramente. En esa onda expansiva y doliente debe cobijarse, ¡y se cobija, qué puñetas!, el al arma y el a rebato de los expertos para la salvación del catalán que retrocede “en la calle”. Junto al lenguaje belicista, propio de las causas identitarias –“tenemos que combatir por el catalán”–, el experto universitario sacó a relucir el más florido lenguaje políticotecnocrático para ilustrar a su fervorosa audiencia: “Para frenar el retroceso en el uso del catalán es necesario redefinir la situación y elaborar un plan estratégico de la lengua catalana en el marco de una nueva política lingüística y cultural que abarque todos los ámbitos de la sociedad.” Es decir, todo lo normalizado hasta la fecha parece no haber servido para nada y se ha de comenzar de nuevo. Pasan los años, pero pesan las tozuderías imponentes. Ha muerto John Lee Thompson, un director oscurecido por los títulos de sus dos películas más importantes: El cabo del miedo y Los cañones de Navarone; una para cada tipo de público, el amplio y el selecto. Clonista recuerda ambas con agrado: la primera vista en la madurez cinéfila; la segunda, en la infancia. Que el paro suba en agosto augura una tendencia poco favorable para el goppierno, acostumbrado a su cantinela de la España que iba bien para unos pocos y que tantos entendieron que iba con ellos, hasta que se desengañaron. No entra dentro de lo imposible que ocurra, sin embargo, lo que sucede con las Bolsas, ese vaivén permanente que parece un idilio adolescente: subidones, bajadones, subidones, bajadones, etc. Divertidísimo.