sábado, 23 de mayo de 2015

24-3-02

     Día D del Deslome y, tras el triunfo personal, un agotamiento absoluto que ha inhibido a Clonista de la más mínima aproximación a una realidad desaparecida tras el imperativo del gran esfuerzo rítmico. Durante tres horas y nueve minutos la respiración y el pulso, más los avituallamientos concertados con la familia y las amistades, se han convertido en el único horizonte posible. El día después del día D,  halla Clonista un hueco de sobremesa y, antes de caer rendido en el sofá más próximo, se atreve a rehacer lo que hubo de realidad en el día de ayer, esperanzado, con infatigable pertinacia, en descubrir que lo publicado y la verdad dejen de ser antónimos. Más de un millón de manifestantes es la señal inequívoca de la reacción popular contra Mafiosconi y sus fascisláteres, y quizás el inicio del arrepentimiento que le arrebate el poder en un futuro no ciertamente próximo. Que Scola, los Taviani y Monicelli hayan filmado el "evento" garantiza la auténtica realidad del mismo, aunque el escenario, las piedras del Imperio, cobraba una fuerza de verdad que ni siquiera el hormigueo humano y sus gritos sincronizados es posible que tuvieran. Los retales de la realidad, aun descoloridos, reaparecen una y otra vez, como ahora la "novedad" antiquísima de unos "escuadrones de la muerte" que encarnan la omnipotencia del terror. Allende la mar acéana, Isaías Duarte, como antes Monseñor Romero, expresan el verdadero rostro de un cristianismo secuestrado por una Iglesia cuya cabeza-títere tan afligida anda por las irresistibles tentaciones que la sociedad siembra, como perversos adoquines, en el camino de la perfección de sus esforzados gladiadores eunucos de la fe. En otro diario distinto del que sirve de fuente a esta clónica, a Felipe González va y solo se le ocurre decir que en las cumbres europeas lo que se hace es literatura. ¡Literatura! Y luego acaba enfrentando los números (como realidad de tomo y lomo) a la literatura (como ficción inútil). Clonista asiste, más derrotado que por su épico esfuerzo, al triste declinar de quien llegó a encarnar tanta esperanza y a quien las cloacas de la Historia se lo han ido llevando por delante poco a poco. Y cada quisque ve rodar, de vez en cuando, la bola que se trabaja. Hoy es un informe sobre el poder de la alimentación para prevenir enfermedades, bola a la que le ha dado más de una vuelta el Clonista fondón. Detrás de la alimentación, reverso extraño de moneda aún más rara, la radical caída estadística de los índices de lectura en edades tempranas: entre los 6 y los 12 años, leen el 55%; entre los 13 y los 16, el 8%. La severa amputación de la realidad ¿en qué idea de ella les hará vivir a generaciones tan liberadas de la letra impresa, y aun de la palabra bien dicha? Clonista pasa, entero, el cuadernillo salmón dedicado a la economía y le salta a la vista el ojo de la cerradura de un anuncio: Todoprivate.com. El mejor porno en la red. Así es, Clonista aún no ha pasado del todo las páginas económicas... En la realidad hay siempre una esquina de oropel donde los sueños del cine se descubren con la impudicia de lo banal. Algo parecido debe ser la sosa, cutre y fachendosa ceremonia de los Oscar. ¿Cuántos jóvenes maduros no pueden permitirse comprar casa propia, y forman parte de ese 35% de la población condenada a no tener lo que el casado o el dehecho quiere?

jueves, 21 de mayo de 2015

23-3-02

     Ya resulta sintomático: acercarse el fin de semana y que la realidad se le escape de las manos a este voluntarioso Clonista, por más que intente lazarla para fijarla en estas páginas tan variopintas.  El reino de las posibilidades infinitas, es una clónica. Nada está, por definición, exento de aparecer en ella. Ayer, día de pre maratón, acabó siendo un día de mil compras, familiar, taxisteo, y de relativo poco descanso. Lo que no cupo fue el acta del día, tampoco excesivamente excitante, todo sea escrito. Si Clonista se hubiera puesto como requisito elaborar esta clónica con lo que recordara del diario una vez hubiera acabado de leerlo, ¡cuántos días no se hubieran quedado reducidos a las seis tristes rayas a duras penas rescatadas del olvido! De hoy, ya ayer desde este domingo, ¿cómo no retener la vergüenza de una cumbre como la de Monterrey, donde no se decide sino perpetuar las misérrimas condiciones de vida de la mitad de la humanidad? Las palabras son un arma, pero también una máscara. ¡Menudo acólito le ha salido a Arzalluz en la figura de Saramago! Eso se llama un argumento de autoridad. Pero poco convincente. Clonista entiende perfectamente esos descensos de racionalidad que aquejan al común de los mortales: forma parte de los contrastes de la especie. Frente a aquella declaración partidista de Saramago, la decisión de los tribunales británicos de autorizar la eutanasia en un caso concreto supone un plus de racionalidad que se opone a aquel descenso comentado ut supra, que dicen los leguleyos. Escondidita en el rincón pertinente, casi hay que buscar la noticia en la que Tailandia ha conseguido crear tratamientos antisida a un precio bajísimo, lo que la enfrenta a las grandes multinacionales del fármaco. A medio camino entre la exhibición morbosa, como los freaks circenses, y la lección de anatomía, la exposición en Inglaterra de cadáveres disecados que muestran sus entrañas, robándole la profundidad humana a la superficie de la epidermis, ha tenido un gran éxito. Y el cansancio rinde, de nuevo, a Clonista.

miércoles, 20 de mayo de 2015

22-3-02

     La respuesta democrática de los grandes partidos es buscar legal y constitucionalmente la ilegalidad de quienes se amparan en la democracia para acabar con ella. Arzalluz  -arúspice máximo del nacionalismo vascongado, sibila todopoderosa y político de cuya cabeza no cuelga ninguna diana, de ahí su diáfana verborrea mamporrera-  dice que no se puede dejar sin representación política a los votantes de Batasuna, que es una barbaridad. Lo bueno de Arzalluz es que sus mensajes son tan claros como su Rh y de una lógica muy similar a la de los benditos que dieron pie específico en origen a la clasificación sanguínea. Pero ahí sigue, terne. A Javier Rojo se le subieron los arrestos y marcó una senda transitable e inexplorada ya abierta en su día cuando a votantes batasunos les hicieron el vacío comercial en las tiendas de su propiedad. Aprobar la sangre no puede salir gratis, y hay votos que son balas y cargas explosivas y bombas lapa, ¿o aquello del silencio cómplice se ha inventado ayer?, ¿o no se ha otorgado siempre al callar? Votar, sin embargo, es hablar muy claro. Clonista lamenta el arrebato y se disculpa, porque en su intención primitiva no figuraba ni remotamente la posibilidad de intentar sustituir a los tribunos de la plebe o del púlpito. Mejor se reincopora a su clónica, establece sus límites y se afana en sacar, lo mejor posible, la clónica de la realidad del día. Lo indicado, hoy, pues, es comenzar por el final, donde Millás también escoge la realidad como motivo central de su columna. A Clonista le sabe mal la coincidencia porque no quisiera estar escribiendo nada que siguiera una moda o que pudiera trivializarse mediante el humor socarrón. Más coincidencias: repasando los aforismos del Lucidario de  Luis Valdesueiro, Clonista ha encontrado una declaración de principios que no puede obviar: SOSPECHO que no le falta razón a Clément Rosset: aceptar lo real, con todas sus consecuencias, es tarea que desborda nuestras capacidades. Así pues, no es extraño que caigamos víctimas de la ilusión, esa percepción inútil, ese dejar a un lado lo real para vivir como si lo real no existiera. La ilusión nos permite vivir las cosas como si fueran distintas de su ser, es decir, siendo como suponemos (o queremos suponer) que son. El iluso ve, pero acto seguido mira hacia otro lado. En nuestra lengua, la ilusión es, además, apetencia esperanzada de algo. Tener ilusión significa, entonces, creer que los actos sellarán nuestros deseos. Ya no se trata de soslayar lo real, sino de anticiparlo. ¿Y dónde anida la desilusión? En que las cosas terminan siendo lo que son -pura realidad-, ajenas a nuestro deseo. Sentimos, entonces, que el pérfido destino nos ha herido con traición. El argumento de la tragedia se basa en que nadie escapa a su destino, a lo real, ya que lo real es nuestro único destino real.  He ahí una hermosa síntesis de la pasión inútil que mantiene a Clonista contra viento y marea, con ademán de lobo marino que desafía a la bestia de la desilusión, al timón de esta travesía no exenta de adversidades. Casi todos los esfuerzos inútiles tienen una belleza difícil de ser apreciada, pero arrebatadora cuando se la descubre. En esa ilusión bifronte permanece. Los casi sesenta años de paz en el núcleo duro del continente europeo nos hacen contemplar los enfrentamientos periféricos como una anomalía, cuando son la manifestación más humana posible. Quizás por esa razón la realidad levantada sobre esas muertes continuas, sobre esas víctimas casi exóticas, cae del lado de lo escénico. Por estos lares (popu) el gobierno sigue maniobrando para copar la dirección de la justicia y las salas donde podría decidirse sobre la responsabilidad de los ministros amenazados. A la justicia su sondeo la aprobaba; el clamor unánime del pueblo -manifestado en otros sondeos- la suspende. El alcalde de Jerez dijo que la Justicia era un cachondeo. La frase ha quedado en los anales políticos, y los jueces parecen empeñados en querer confirmarla un día sí y al otro también. A veces Clonista siente la profunda vergüenza de estar atreviéndose con un despropósito que se reviste de insolencia, siendo un insensato atrevimiento. En todo caso, aquí sigue, amarrado a ese continuo, en unas ocasiones difuso, en otras nítido, de la realidad. ¿No resulta bien patética, en la escena de esa realidad de mil hilos de la vuelta de la trama, la "comprensión" del Papa -en España Ppappa- hacia los sacerdotes pederastas condenados urbi et orbi, echándole las culpas al "libertinaje sexual que se ha creado en el mundo"? ¿Cómo iban a poder controlar los pobrecitos el desasosiego de su virilidad? ¡Ni que fueran santos! La palabra se complementa con la imagen teatral, de teatro de marionetas, de un Papa exprimido y agonizante que, una de dos, o está tan compenetrado con el poder que solo la muerte lo separará de él, o no le dejan permitirse el júbilo de la jubilación en ese mundo tan oscuro del opaco Vaticano. He ahí una diminuta realidad que, inadvertida en la página, abrirá las de muchas vidas a un futuro insospechado y lleno de posibles alicientes: los taxis podrán compartirse. Clonista lo vivió en Nueva York, en 1980, y asistió, en el curso de un trayecto, a la posibilidad de un cambio de trabajo del taxista, pues uno de los viajeros parecía dispuesto, después de su breve pero animada charla, a contratarlo. Por supuesto, las otras posibilidades, incluidas las relaciones humanas, verán abrirse a sus pies un espacio tan reducido como prometedor. Al lado de esa noticia, el cuadernillo económico palidece como un museo de cera en Afganistán. Los dineros mueven el mundo, pero ¿también la realidad? ¿Son la realidad los dineros? Clonista no se pronuncia. Ni se inclina. En el juego de las grandes y las pequeñas realidades, el mundo de las altas esferas y el de las pequeñas cosas, Clonista -aun a pesar de su acusada (y acusadora) ingenuidad- sabe que hay cierto margen para la creatividad. O llamémosle X.

martes, 19 de mayo de 2015

21-3-02

     ¡Qué poco dura la alegría en casa de la paternidad esforzada! De nuevo a la zaga de esa realidad que se empeña en no dejarse aprehender, como si se burlara de los esfuerzos de Clonista por seguirla para contemplarla como una integridad que nunca se le ofrecerá como tal. El descanso que exige el gran día D del maratón anual, más el derrumbamiento mental de un agobiante final de trimestre dieron con los huesos de Clonista en el sobre.  Al día siguiente, cuando ya el eco del último balazo asesino de ETA configura una realidad hirientemente semejante a la de tantas otras jornadas aciagas en que el nacionalfascismo deja impresa su huella descerebrada y totalitaria, a la realidad le ocurre lo que al protector de pantalla: suda o llueve y la tinta se corre y el papel se arruga, hasta quedarse en blanco. Clonista supone que debe ser algo deslumbrante y maravilloso tener una patria, que la satisfacción producida por tal posesión espiritual debe colmar en gran medida las esperanzas de felicidad de los seres humanos -he ahí el hermoso ejemplo de los PujolFerrusola-, pero la sola idea de que esa felicidad vaya aparejada a la violencia con que se quieren imponer unas creencias que habrían de pertenecer, exclusivamente, al ámbito de lo individual, le convence de que el contrato social habría de obviar terrenos tan susceptibles de convertirse en trincheras. Cuando los analistas más moderados hablan de la necesidad de que trabajen en Europa hasta más de cien millones de personas venidas de otros continentes para mantener la estructura de la Seguridad Social que asegure el pago de las pensiones a los actuales cotizantes, ¿cómo es posible que el gobierno ande criminalizando la inmigración, o que siga tolerando las contrataciones clandestinas en régimen de esclavitud o de explotación decimonónica? ¿Al amigo de Mafiosconi le saldrá también algún ministro que pretenda hundir a cañonazos las pateras para escarmentar a los osados emigrantes, o se encargará él de hacerlo mediante algún chistosillo “submarino amarillo”, para mover el bigote y enseñar la edad? Clonista sabe que no debe explayarse así, que lo suyo no es el comentario, sino el simple mentar, o el reconocer, pero es difícil constreñirse a los límites de la topografía estricta. Parte de esa topografía general es, sin duda, la construcción de lo real a golpe de estadística. Ahora bien, ¿quién paga el sondeo? Sabido eso, se sabe quién manda y, en consecuencia, quién es el autor responsable del desaguisado correspondiente. Verbi gratia: “Los usuarios dan un aprobado a la Administración de Justicia” La encuesta fue encargada por el Consejo del Poder Judicial. La realidad a la carta, a gusto del consumidor, no es una realidad desdeñable. Desde la perspectiva del poder incluso es rentable. Un congreso casi fundacional, como el del PSE, incide, y no poco, en la estructura de la realidad de España, pues, desde el primer atentado terrorista tras la aprobación de la Constitución, casi puede decirse que no ha habido día en que todo lo sucedió en las vascongadas no se haya convertido como en una especie de marco bullanguero de la realidad del resto del Estado, e incluso de la realidad individual de cada uno de los súbditos. Sí, a estas alturas del trimestre, Clonista tiene cada vez más claro que la impronta aznarista en  España no será otra que la de haber devuelto a los ciudadanos la deleznable categoría de súbditos: de la Hacienda, de los monopolios, de la fuerza policial, de los caciques impopulares, de los incompetentes Delegados del Goppierno, etc. Cuatro años más de mandato popular y habremos dado un paso importantísimo para recuperar la lucha por la democracia de los años sesenta: clamaremos por la libertad de expresión, es decir, por el acceso a los medios de titularidad pública; por la libertad de reunión, tan mermada durante la Cumbre; por la laicidad del Estado; por la enseñanza pública; y otro etc., éste muy distinto del anterior. En las entrevistas a los dirigentes del PSE que pretenden conseguir la representación de su partido para dirigirlo, aún no se sabe bien hacia dónde, no hay ninguna respuesta que hable “directamente” de la esencia de lo que ocurre en las vascongadas, es decir, de la asfixia democrática de quienes como el teniente de alcalde de Vitoria sufrieron ayer las impunes amenazas de muerte a bocas de los bravucones fascistas de B, y de cuáles pueden ser las medidas adecuadas para oponerse a la estructura difusa del terror, sobre todo a aquella parte a  la que nunca se pone en entredicho, a los votantes que respaldan el fascismo. La ayuda a las familias con hijos del programa del PSOE es la primera golondrina del largo periodo electoral que se avecina. Suárez se hizo un lugar en el sol con la desaparición de la mili, que acabó por cumplir el PP. Pues eso. En el país petit, la golondrina son los cambios en la televisión pública con los que Mas quiere lo imposible: salir elegido. Y si lo imposible se cumple, la realidad habrá dado muestras de ser fiel a su más definitoria idiosincrasia: siempre es susceptible de ir a peor. Un escritor, entre millones más, sentencia: hoy no se puede describir la realidad sin el cine ni la música. Clonista le da la razón.

lunes, 18 de mayo de 2015

20-3-02

     La realidad vale tanto por lo que es como por lo que nosotros imaginamos que es. Lo que es suele ser difícil de comprobar, al menos lo que se escapa de nuestro radio de percepción y de acción individual; pero lo que imaginamos, además de sernos familiar, se nos representa como la quintaesencia de lo verdadero. El mundo de las representaciones, que no calca del todo el mundo material, por más que en éste tengan aquellas su asiento, es para Clonista una realidad tan de tomo y lomo como la más tangible y verificable. Se ha vendido el Empire State Building y Clonista recuerda con emoción la realidad de su visita al edificio en su primer viaje a  Usamérica. No era un Clonista con 27 años quien lo visitaba, sino el niño de diez al que en la clase de geografía le hablaban de su existencia cuando estudiaba Usamérica, sus montañas, sus ríos y sus ciudades; el mismo Empire State Building donde King Kong halla su dramática muerte frente a los pilotos militares. Supone Clonista que la realidad es también esa mezcla de recuerdos, sueños, anticipaciones, olvidos y deseos cuyos bultos no siempre definidos conforman un paisaje, acaso individual e incompartible, pero intenso y lleno de vida. Al lado del Empire, la foto de la Antártida, en donde una masa de hielo como la provincia de Álava se ha desgajado y fragmentado por efecto del aumento de temperatura del planeta, da pie, sin duda, para otro capítulo de esa novela de la imaginación febril que es la realidad noticiable, la única. De hecho, en la jerarquía establecida por las empresas periodísticas, lo no publicado no es que no sea noticia o no tenga relevancia, es, simplemente, que no existe. La banda continua del teletipo va sepultando en un mar blanco como un agujero negro todo aquello que no es rescatado por los observadores atentos, capaces, con imaginación, de otorgarles el estatuto de lo real. La propaganda, a la que es tan difícil sustraerse cuando el objetivo del acta de la realidad no es reflejarla sino modificarla, se impone a menudo con el poco disimulo de quien se sabe más allá de lo real y lo imaginario. No sorprende que el fracaso policial de Aznar sea noticia de portada, por ejemplo. 1200 millones de personas viven con menos de 1 euro al día. No es real el dato. Lo real debe ser lo que la imaginación de cada uno ponga como ilustración: la enfermedad, unas fiebres malignas, una jornada de trabajo de quince horas, la falta de agua corriente, las moscas, los escorpiones, el calor agobiante, el frío despiadado, un escaparate con productos inaccesibles, el fanatismo consolador, el miedo, la carencia de calzado, el desconocimiento de la electricidad, el hedor de los grandes vertederos de basura... El titular, evidentemente, no es real. La propuesta del neofascista Bossi sí: cañonear los barcos de emigrantes que buscan un futuro en Italia. Ha añadido que sin los pasajeros, aunque es de temer que lo haya dicho con la boquita pequeña, por mor de la corrección política. Aquí, por el contrario, los inmigrantes se manifiestan en apoyo de los 7000 magrebíes a los que han desplazado, en la recogida de la fresa, los emigrantes venidos del Este: blanquitos como la leche. Los empresarios dicen que no les guían motivos racistas para esa sustitución, y está bien claro que no, ¡clarísimo! ¿Puede haber intenciones más blancas que las suyas? Llega tarde, y se le escapa a Clonista de su plano de la realidad, pero habrá para quienes, si el PSOE llega al poder, un permiso paterno, pagado, de cuatro semanas por hijo será un monumento de realidad.  Intempestivo. Ése es el adjetivo que le encanta a Goytisolo, Juan. Ése es el que han usado los miembros del tribunal que le han concedido un importante premio a la hora de definirlo. La obra viva del malditismo continúa autoesculpiendose con una tenacidad digna de mejor empeño. Sobra pose y falta palabra viva. ¡Cuánto arrastra y sofoca la tradición, aunque sea heterodoxa! Clonista sabe que habría de ser más ecuánime. Se le atraviesan ideas oscuras y pensamientos rebeldes, como leer solo la realidad de la letra minúscula, y quizás mañana sea un excelente día para ello. La jerarquía de lo real incluye también el tipo de letra, por supuesto. Y actores y actrices haylos que han puesto en el contrato el tipo de letra con que se les anunciaría, que no es asunto baladí. Por otro lado, siempre el mismo, el temor permanece incólume: ¿cuántas veces hemos de repetirnos que lo real lo es para convencernos de ello? Aun así, mucho me temo que las repeticiones contribuyan poco al quizás imposible disfrute de las presentes líneas. Claro que la realidad tampoco tiene siempre buena cara, ¿o sí? Retadorcillo que está Clonista…

domingo, 17 de mayo de 2015

19-3-02

     Por detrás de la realidad en una carrera de galgo envejecido. Ayer cayó el cuerpo: tumba del esfuerzo y la sucesión de los pocos dormires. Desde hoy regresa Clonista, pues, despierto y sin haber dejado de darle vueltas a una cuestión no sabe si anecdótica, capital o, como la mayoría de las que componen este matalotaje de clónica, intrascendente: ¿Cuáles son las pruebas de que lo real es real? ¿Cómo llegamos a la convicción de que la realidad de la que hablamos es lo que suponemos que es o lo que estamos seguros de que es? Cuando la primera página de un periódico aparece llena de discretos recuadros, nada de interés parece haber sucedido, o al menos de un interés general. Los lectores de lo real no buscan ávidamente esta o aquella noticia, sino que se dejan atrapar por los titulares o las ilustraciones gráficas, creados y dispuestos sobre el espacio en gran medida para cumplir esa función. El escaso valor del papel prensa se comunica a su contenido, tan poco apreciado por los lectores, y ello al margen de la convicción extendida acerca de lo mucho o poco que los periódicos mienten, lo cual es responsable, junto a la escasa instrucción y cultura general del común de los mortales, de las pocas ventas en el sector. En Monterrey se reúnen actores de la política internacional para intentar ponerse de acuerdo en lo obvio: es preciso combatir la pobreza de la mitad de los habitantes del mundo. Y en la medida en que es obvio será imposible ponerse de acuerdo, siempre a costa, claro está, de quienes han de seguir sobremuriendo por cualquiera de las muchas epidemias que barre esa mitad medio ignorada del planeta, entre las cuales el hambre, la guerra y el SIDA siguen ostentando la primacía absoluta. Vuelve Gibraltar a la escena política española y lo hace con el ímpetu de quienes quieren arreglar trescientos años en tres días, es decir, hacerlo todo al estilo del XXI: deprisa y mal, pero habiendo generado un titular incontrovertible. Sucede como con los planes del goppierno: se anuncian y ya están realizados. ¡Ni la poesía es capaz de tanto! 62 sacerdotes católicos de Boston han sido expulsados de la Iglesia por abuso sexual de menores, pero en ningún caso la Iglesia se planteará la supresión del celibato obligatorio, auténtico museo de los horrores, y así les va: serán noticia de tribunales en vez de ser tribunal de las noticias, a lo que su orgullo y prepotencia les ha empujado siempre. Al rebufo de una noticia que conmociona se cuelan muchas otras que contribuyen a crear lo que suele llamar “estado de opinión”. Es lo que ocurre con un nuevo ataque perruno, en este caso un pastor belga, contra una niña. ¿Les afecta a los perros algún virus que los perturba y los vuelve contra los humanos? Las autoridades no van a prohibir los perros, claro, pero tampoco van a hacer nada por que los ciudadanos puedan pasear seguros, sin el miedo a ser atacados por una fiera en absoluto inofensiva. Lo de la lucha por la vida se va haciendo cada vez más evidente. De ahí que no tardará en surgir, supone Clonista, un movimiento ciudadano que reivindique el derecho a portar armas para defensa propia, como medida democratizadora para quienes no puedan contratar los servicios de seguridad privados. Y así se va escribiendo, esto es, creando, la realidad.
18-3-02

     Clonista cierra el diario a las 23'52, tras un agotador día de trabajo y una cena familiar llena de risas, y apenas sabe algo nuevo de esa realidad tras de la que anda de aquí para allá a golpe de retrasos, privado de perspectiva y sumido en la indiferencia. Recuerda vagamente lo de un tiempo a esta parte: las hazañas bélicas de Bush; la cumbre desnortada y llena de promesas; la portada obligatoriamente concedida a la amenazada de lapidación por una de esas culturas tan dignas de respeto, como sostienen los escrupulosos del ídem, aunque sea tenérselo a la barbarie, algunas batallitas minúsculas de la política nacional, autonómica e incluso ciudadana, porque la amenaza de las municipales está ahí, con lo que ello conlleva de tensiones artificiales para arrastrar a la parroquia a una ilusión cada vez más difícil de suscitar. Lo obvio se impone tan difícilmente como se le reconocerá al gran líder pepero José María Aznar la brillantez intelectual y el desternillante sentido del humor. Ante la amenaza de nuevas campañas electorales, ¿no sería lo más sensato suprimirlas y obligar a los votantes a interesarse de forma más frecuente por la acción política, sobre todo sabiendo que luego no existirían esos quince días -a veces tres meses o dos años, como en el caso de MasiDuran- de catequesis abominable? El goppierno sigue sacando sus cartas ocultas bajo la llamada Ley de la Calidad de la Enseñanza. Van detrás de convertir la enseñanza pública en gueto, y acabarán consiguiéndolo. Lo peor es que la alternativa del PSOE es casi tan mala como las propuestas del PP. Adiós. Clonista ve cómo se le desdibuja la realidad tras un dolor de riñones que le empaña la percepción de todo lo habido y lo por haber. No son horas, en realidad, para descubrir un imaginario sin límites, sin territorio y sin lenguaje. Pombo decía que la homosexualidad es un lenguaje. Él sabrá. La realidad no, desde luego. ¡Son tan entrañablemente ridículas las pretenciosas palabrillas que quieren calcarlo todo! Hasta mañana.